Afiche de una inquietante parábola social en catastrófico ambiente futurista |
El realizador, NEILL BLOMKAMP, es
evidente que está obsesionado con el manga GUNNM
(ALITA, ÁNGEL DE COMBATE) de KISHIRO
YUKITO. Dos cintas estrenadas que, quienes conocemos ese cómic, no podemos
dejar de encontrar relaciones entre las viñetas y los fotogramas.
Afortunadamente, Blomkamp lo ha hecho con gran calidad, en plan respetuoso homenaje.
En cierto modo, sus películas sobre el triste y tenebroso Patio de los
Desperdicios son mejor adaptación que el filme de animación japonés otrora
realizado.
Pero no sólo Oriente aporta influencias
para este reflexivo drama social futurista sobre la inmigración, clandestina
por ende. Otra sólida vértebra del filme es HARDWIRED,
de WALTER JON WILLIAMS (imagino que habrá quedado gratamente complacido al ver
qué bien manejaron elementos de su notable novela cyberpunk), además de UN
FANTASMA RECORRE TEXAS, de FRIZT LEIBER. Hay más, un copioso festín de
referencias de riqueza imaginativa y visual, ofrecidos con eficacia y
espectacularidad.
Los Ángeles, 2154. Sin cartel de Hollywood ni océano a la vista. ¿Esqueleto de lo que otrora fuera un titán colosal? |
…y esa inquietante analogía entre MAX DA
COSTA (MATT DAMON) y JESUCRISTO, por mor de su vigoroso exoesqueleto, la cruz a
la que lo han atornillado salvajemente…
Pero estas referencias saltan a la vista,
claro está, para quien las conoce, brindándole un mayor solaz al visionar la
cinta. El espectador medio se ha encontrado con un desolador panorama del
Mañana-Mañana, donde el mensaje es obvio: la inmigración ilegal ahora emplea
naves que salen raudas al paraíso HI/TECH en órbita: Elysium, cuyo espectral
fulgor plateado en el alto cielo, entre todos los áridos vientos contaminados,
embruja a una población… ¿cuartomundista?
Pero, en el espacio, Elysium funciona como un paraíso. Es, evidentemente, analogía del Thypares de ALITA |
Y la transitoriedad del poder: esta población
reside en Los Ángeles, California, Estados Unidos. (Donde no vemos ni el cartel
de Hollywood ni las orillas del Blanco Pacífico, por cierto.) El poderoso titán
del presente ha caído, y entre los escombros de sus huesos se hacina la
Humanidad, a caballo de la radical miseria de las favelas y la HI/TECH de los androides-policías fascistas.
Si EE.UU. está así, ¿cómo estarán,
entonces, los actuales países del Tercer Mundo? El planeta está socavado por
condiciones climáticas extremas; quizás lugares como los USA aguanten mejor
merced a su pasado poderío, pero ¿Mali? El Sahara, ¿inunda Ciudad del Cabo? ¿Ha
traspasado los Pirineos?
Especulaciones que activan toda mente
fértil y con ánimo de estamparlas en un relato. Hipótesis como las que intenta
Blomkamp plasmar, empleando sugerentes recursos visuales y de acción. Y el
mensaje social, la mejor cualidad de la predictiva ciencia ficción, envuelto en
titanio de alta resistencia para soportar la masacre de las críticas adversas o
superficiales.
Plantea una cavilación el deprimido Los
Ángeles de Da Costa, exconvicto empeñado en no reincidir (pese a las
tentaciones), que termina siendo el taumaturgo universal de un populux hambriento
de medicación restauradora. Esa ciudad, ¿quedó así de agotada por desgaste de
siglos de adaptación al spanglish, o por
invasión desde el Sur, acosados por distintas calamidades que les empujaron al
Norte?
JODIE FOSTER como DELACOURT. Implacable regidora de Elysium que quiere proteger sus privilegios a toda costa, aun abrazando doctrinas inhumanas |
Aquí abre interesante línea de
especulación Elysium. Continuamente,
surten los telediarios imágenes de inmigrantes ilegales asaltando nuestras
fronteras, convencidos de estar llegando a Elysium. Y ¿qué hacen, una vez aquí?
Los ecosistemas están planteados de modo riguroso. Contienen finita cantidad de
recursos. Si los sobrepoblamos, ¿qué ocurre?
Se agotan. Todo se empobrece. La calidad
de vida, mengua. Y no gusta nada, a quienes gozaron de privilegios, perderlos.
Esto es lo que materializa JODIE FOSTER en su interpretación de DELACOURT. Ha
visto más allá del esplendor centrífugo de Elysium y sus mansiones de tinte
californiano, obsesionándose con el que su agraciado paraíso tiene caducidad y
limitaciones, e impedirá, como sea, que se degrade.
Y para llevar a cabo su misión administrativa, en tierra cuenta con el apoyo de estos tres sociópatas, liderados por KRUGER (SHARLTO COPLEY), enchufándose a un poder mecánico superior |
Su actitud está dibujada con crueldad,
desde luego. Necesitamos un cerebro frío y despiadado tras el músculo brutal de
KRUGER (SHARLTO COPLEY), que acaba manifestando sus propias ideas
presidencialistas. Pero es la actitud de alguien con visión y control de sus
existencias. Encomendado perpetuarlas, si hay cien unidades indispensables, no
puede repartirlas.
Lo ético, por supuesto, en el
planteamiento sanitario que ofrece Elysium,
es enviar las naves hospital-robot a la Tierra y curar a los enfermos. Pero Delacourt
no ve esto, sino que una ingente masa quiere abordar un privilegiado islote de
privilegiados que cuenta con recursos fijos, quizás irreemplazables. Al final,
el egoísmo conquistó todo su corazón.
Y una fuerza androide fascista sin sentido alguno del humor |
Blomkamp también intenta explicar que la
solución no pasa por abrir indiscriminadamente las fronteras. El pensamiento
cosmopolita será muy hermoso y paritario y todo eso, pero altas murallas hacen
buenos vecinos. Esta es la clave: buenos
vecinos. Blomkamp traslada las naves hospital a la Tierra como analogía de
que el problema de la inmigración ilegal se soluciona desarrollando sus países
origen, que decidan así luchar por su dignidad y la de su patria, en vez de
vagabundear por el Elysium europeo, brindando argumentos a la radicalización
xenófoba y los skinheads.
El viejo amor infantil de Max, FREY (ALICE BRAGA), es el motor que lo obliga a cometer el máximo sacrificio |
Hay también que concienciar a los
ilegales de que aquí hay un presupuesto y que, de la nada, no surgen las cosas.
Si sobrecargan Europa, su Elysium, lograrán trasladar aquí su pobreza (y no lo
permitiremos; está en la naturaleza humana), y cuanto habrán ganado es un
respiro antes del implacable odio racial.
Deben construir sus países. Aprovechar la
buena voluntad de Occidente (¿por qué siempre nosotros; qué hay de Rusia?), que
traslada, una vez y otra, hospitales a sus naciones. Pero si éstos caen en
manos de déspotas y tiranos, y ellos se lo consienten, acabarán descubriendo
que el cierre de fronteras acarreará la falta de buenos vecinos.
Parece ser que nada hay más peligroso que un hombre con un justo propósito, dispuesto a pelear abnegadamente por su consecución. Y Max tiene buenos motivos para luchar |
Astutamente, Blomkamp ha empotrado todo
esto con el poderoso espectáculo del wrestling
de los exoesqueletos, pero dejando bien visibles las consignas: mejor empleáis
vuestras vidas en levantar vuestros países y que Occidente ceda allí un tanto
de su riqueza para luego, aquí, no verla mermada por oleadas de ilegales, que a posteriori pueden aportar más
desestabilización que ayuda.
Revolucionaria HI/TECH combatida, desde los suburbios, con armas rudimentarias |
Es llamativo que la rotulación en los muros primero esté en español y luego en inglés, en un país de eminente habla
inglesa. Recapitulando: Elysium es
espectacular adaptación de JOHNNY
MNEMONIC. Pero debió existir aquél Johnny
Mnemonic para disfrutar, con gran plenitud, de este Elysium, cargado de visión y reflexivo mensaje.
Vuestro Scriptor.
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