domingo, 8 de junio de 2014

REBELDE — APOQUECLIPSE A LA ESPAÑOLA

Cubierta. BILLY IDOL contra el mal punk de
los
Skin Heads neoyorkinos
Francamente: para contar la historia del TENIENTE LAWRENCE, reconvertido en pandillero superviviente-cabecilla de una pequeña banda de marginados, en la ruinosa Nueva York de 2002 post Segunda Guerra Civil norteamericana, no se precisaban tres guionistas (nacionales bajo alias extranjeros, imagino que para darle relumbrón de internacionalidad y así atraer a más lectores, desconfiados de la eficacia de firmas hispánicas). Inmodestamente: me sobra talento para la tarea y hacerla, todavía, mejor. Sin embargo, hay que reconocer el mérito de realizar una historieta de este corte; expresa un deseo de aventurarse con proyectos muy ambiciosos.

Rebelde, aparecido por entregas en la revista Zona 84 (esfuerzo por tener en las estanterías un “tebeo alternativo” a los que empezaban a dominar el mercado —los superhéroes—, y portal abierto a autores patrios), es un cómic lleno de furia, fuerza y energía, muy fiel a su objetivo: ¡evasión! Por desgracia, sus notables características luego se derraman descuidadamente por una trama tópica, tratada al descuido, víctima de clichés que abortaron sus grandezas.

El elenco; la mayorían hacen muy tortuosa la
vida en la degradada Nueva York de 2002
Está influido por los miedos al desastre nuclear y los Máximos Estragos de Década 80. Generaron grandes cintas (MAD MAX, o la más aleccionadora EL DÍA DESPUÉS) que, a su vez, “degeneraron” en esas producciones italianas baratísimas (en todo sentido) que el tiempo, piadosamente, ha sepultado bajo capas de generoso olvido. Rebelde, es de lamentar, acaba encuadrado en esa onda, aunque bien insinúa que pretendió llegar a la división de honor, esfuerzo que podemos atribuir al trabajo de PEPE MORENO.

También eran años en que la ideología punk de “vive deprisa y deja un bonito cadáver” tenía validez para ciertos entes del Sistema; apreciaban este lema antisistema como una contraseña para pasárselo bien durante la recordada Movida. (Viví la Movida: no sabía que estábamos de Movida hasta que terminó la Movida; así que menos mitología con la Movida. Basta de fantasmadas sobre la Movida.) Además, las viñetas de esta clara novela gráfica, de una época donde el término ni se soñaba acuñar, desprenden un concreto trasfondo anarquista, encarnado en las andanzas del grupo de Rebelde.

El héroe que cuida de los suyos aún en la
más peligrosa circunstancia, campando
sobre la desolación
Son, en su mayoría, adolescentes tadullitos, armados hasta los dientes. Renegados del hogar paterno, se lanzaron a la peligrosa, y vertiginosa, aventura de una zona de guerra donde vivir día-a-día es lo más. No pretenden legar nada (lo fundamental de todo ser humano que se precie), sino depredar y esperar el próximo orto. Y Dios ya dirá.

Desprecian el Sistema (señalado como una dictadura HI/TECH), dominado por adultos y ancianos viles, retorcidos, llenos de cicatrices, tanto en su carne como en sus ánimas. Ambiciosos y traicioneros, los paisanos de Cosmo City (la nueva capital norteamericana), no son cooperativos, ni desprendidos. No viven de consignas libertarias (un tanto atolondradas, pero deslumbrantes por su resonante sonido), como los pandilleros de la caótica Nueva York.

Coches rápidos artillados para circular por
las peligrosas calles
Es llamativo este rasgo de la historieta, cómo han desarrollado estereotipos que la edad permite valorar con acierto. Rebelde está en la ola, muy publicitaria (sólo debemos asomarnos a la parrilla televisiva para verificar que es verdad), de que si antes de los veinticinco años no tienes cacho buga, piva de infarto, chavalín preprogreecologista de dos años de edad, chalet adosado, currando de bróker de éxito que hace los fines de semana puenting, ¡eres un fracaso! Pues a los treinta, eres carcoma de asilo, decrépita y enfermiza carne que consume recursos sanitarios egoístamente.

También destaca de Rebelde el ‘culterano’ vocabulario de sus integrantes, lejos de ese argot que se ha infiltrado en nuestro parlamento cotidiano. Al filo quedaron de recitar a QUEVEDO, o GÓNGORA, mientras ametrallan bandidos, en los combates entablados por el dédalo ruinoso contra los integrantes de otras bandas, a las cuales Rebelde saquea sin el menor escrúpulo.

Algo de lo que puede presumir esta pre-
novela gráfica es de acción a raudales. Y un
llamativo trabajo de PEPE MORENO
Luego maldice las ambiciones del siniestro GOBERNADOR KANE (la máxima figura de la corrupta y vil senectud) y su “mano derecha”, el codicioso GENERAL KESSLER (ese tuerto que en unas viñetas tiene el parche en un ojo, y luego, en el otro), tildándolos de sanguijuelas y rémoras y cuanto él quiera: es Rebelde. El masca. Rompepanas titulado. ¡Pero bien que decide asaltar los almacenes de “sus camaradas antisistema de armas”! ¿No hay honor entre ellos, y los ladrones?

Estos pequeños detalles van minando Rebelde. La autoría de tres guionistas, que han procurado no obstante dar empaque y cohesión a la historia, se descubre en este tipo de circunstancias. No digo que el cómic funcione a ocurrencias repentinas, improvisaciones súbitas, pero la unión no ha sido del todo perfecta, pudiendo detectarse esas arrugas en lo que debió ser la tersa piel de un buen entretenimiento.

Siempre hay uno dispuesto a mandar más que
el jefe; pero jamás osa arrebatarle el poder
Imagino que convertir en sicarios del poder a un grupo como los Skin Heads obedece a otro tic de la época: acabemos con los fachas ¡incluso en las viñetas! Pero, viendo a esta patulea que debe poner en aprietos a Rebelde y demás THE WARRIORS de la historieta, y contrastándolos con los que aparecen a veces en los noticiarios, les ves la poca entidad, cómo sufren desprecio… tópico, basado en la automática descalificación del enemigo por ser de una ideología aborrecida.

No esperes ver aquí a HUMUNGUS (aunque se persiguió que saliera, a modo), o al rimbombante DUQUE DE NUEVA YORK de 1997, RESCATE EN NUEVA YORK: han plantado a un travestido extraño, que parece líder de algún grupo punk, llamándolo encima DOLL (ahí lo llevas), para hacer de absoluto terror de la isla de Manhattan. Cuenta con cierta oposición entre sus desquiciadas filas, pero ¿dónde no hay, siempre, un acólito que se cree mejor preparado para mandar?

¿Splash-page premonitoria...?
Resalta que entre esos abigarrados Skins no haya féminas. Al parecer, ellos mismos se bastan y consuelan. (¿Más desprecio “de clase”, al insinuar con esto que todos los skins son homoX?) Mientras, la banda de Rebelde cuenta con atractivas sonrisas que alegran el día a estos audaces bribones de las ruinas. La historia cobra giro sustancial cuando Doll rapta a la novia de Rebelde, empleándola de carnaza para tenderle una trampa. Ese debió ser el motor inicial/principal del relato, pero el triunvirato guionista de alias lo emplaza a momento tan tardío que pierde toda su fuerza; sugiere: ocurrencia.

Rebelde concluye con un nítido mensaje de “Continuará”. Seguimos esperando. Creo que merece esa secuela.

Vuestro Scriptor.