domingo, 27 de marzo de 2016

FIRST WAVE — REMATADAMENTE MALO

Ves esta portada, y con los antecedentes de cada
cual, piensas que recibirá hostias hasta el
apuntador. Te las llevas tú todas
Mi opinión sobre BRIAN AZZARELLO era un tanto confusa hasta ahora. Le he leído cosas buenas y otras malas. Le sucede un poco como a KURT BUSIEK, aunque a Busiek ese toque de ‘erudición’ que tiene ser un vasto ‘bibliotecario’ del tebeo y la competente lucha por articular cuanto sabe con la historia que relata sigue salvándole.

Azzarello carece de ese colchón. Cuando se hunde, es profundamente. Esta vez, ha llegado al núcleo del planeta. Tampoco sé si es debido a una línea de publicación errática que está tomando DC COMICS, aplicada a sus colecciones y el trasunto de éstas a la pantalla, grande o chica. Son cosas que he leído por encima, pero parece que First Wave encarna lo peor de esa deriva que muchos critican a la Distinguida Competencia.

Va a remolque (de nuevo) de MARVEL, que consigue la ¡aclamación! y ¡ovación!, junto al ¡taquillazo!, con lo acertando tanto de sus elencos como del sano aire de renovación que manifiestan sus películas. DC lo intenta, parece ser, pero a base de epatantes SFX computarizados. No por el guión o lo brillante de las actuaciones.

Para colmo, el realista pero estático dibujo de RAGS
MORALES no ayuda a que la cosa adquiera velocidad
Para quien lo ignore, First Wave reúne a iconos punteros del pulp o su tiempo creando una especie de proto AVENGERS que deben aliarse, quiéranlo o no, para salvar al mundo de los tejemanejes del psicópata mesiánico megalómano de turno. Ver a DOC SAVAGE, THE SPIRIT y BATMAN trabajando aunados, apoyados por secundarios de cierto calado, pues caldea la sangre y dispara la imaginación, ¿no?

Ocurre que… ¡AZZARELLO NO SE HA ENTERADO DE NADA! No sabe, en absoluto, emplear estos valiosos elementos de la evasión de alto octanaje, y los empuerca y hace danzar torpemente por un escenario que, en seguida, se hace tópico/rutinario, con un malo tan absurdo y ‘sonado’ como es su propuesta.

Para colmo, esto: personajes como en
los años 30 pero ¡usando celulares! Y
pilotando cazas modernos
DC jamás debió autorizar tal miniserie. Confirma, así, qué llamativa desorientación padece la editorial rival de Marvel. El choque de opuestas y poderosas personalidades, como son las de Doc Savage (recodemos, patrón del cual salió SUPERMAN) y Batman, daba para un intenso duelo que Azzarello desperdicia impúdicamente entero.

El protagonismo debían compartirlo estos iconos contrapuestos, con momentos estelares donde resaltase The Spirit. ¿Qué hace, empero, Azzarello? A veces concede tal importancia a The Spirit (uno muy sui géneris, como los restantes aludidos, sea dicho) que te preguntas quién protagoniza esto realmente. Y, si al menos, lo hubiese hecho con garbo, ¡vale! Pero no. Azzarello es un negado a quien el encargo le ha venido inmenso. Ha derrochado (es la palabra clave) inmensos recursos en memeces.

Otro notable fallo reside en situar la acción ahora, no durante Década 30, cuando estos iconos nacieron. ¿Tan limitado es Azzarello que no podía concebir una amenaza HITECH en aquella época? ¡Por Dios, que Doc se empeñaba contra genios del crimen dotados de arsenal de ciencia ficción distópica! Azzarello soslaya esto. No advierte que, retrasando la lucha ochenta años, haría más cautivadora su fábula, sumamente corta de acción, por otra parte, cuando los aventureros aliados la prodigan ingentemente.

Esto es toda la acción 'desbordante'
que puedes encontrar en este cómic
Para mí, y en adelante, Azzarello es un incapaz al que no volveré a leer nada nuevo. Su First Wave no tiene disculpa. Rebaja notablemente su calidad como autor. ¡Qué lejos quedan, puedo contrastar ahora, no sólo los escritos de LESTER DENT o las historietas de WILL EISNER, sino los impresionantes guiones que DOUG MOENCH escribió para aquella tanda de Doc Savage que ilustraron JOHN BUSCEMA y TONY DE ZÚÑIGA! Moench entendió perfectamente el asunto. Ni a un billón de años luz se ha quedado Azzarello de la propuesta básica.

No puedo recomendar este tomo. Su lujoso soporte es inmerecido para una narración gráfica que el dibujo de RAGS MORALES hace aún más plúmbea. En serio.