miércoles, 16 de marzo de 2016

HÉRCULES, EL ORIGEN DE LA LEYENDA — GRAVES INDICIOS DE CRISIS CREATIVA Y CULTURAL

Una cosa es que sea para público poco
exigente. Otra, que nos tomen el pelo así
No recuerdo cuál fue la última película, si no decente, buena de RENNY HARLIN. Ésta, de levísimo perfil fantástico, pese a la resonancia mitológica del nombre del protagonista, es tan mala que debió abochornarle haberla firmado estampando su nombre. Puede escudarse en que la productora metió mano en el proyecto hasta límites indecentes, y demás. Replicarán los otros señalando que el cineasta está creativamente acabado, etc. Lo cierto es que somos los espectadores quienes terminamos pagando el pato.

Plato reducido a péplum cainita de escenarios computarizados estilo 300 con remedos a los de GLADIATOR, en principio, aprovechando también algo de la estructura del remake de CLASH OF THE TITANS.

Harlin rueda un grotesco aburrimiento absurdo destinado a desorientarnos; el mismo libreto ignoraba qué pretendía narrarnos. Cuanto realmente perseguía era el (vacío) impacto generado por el 3D. Aquí, Harlin fue sin duda víctima de la ciega codicia salvaje de la productora; unió todos esos elementos ordenando al realizador destacar según qué poses y momentos, de falsa épica, para colapsarnos con la súbita impresión de que una flecha, o roca, pretendía golpearnos.

Los malos del filme. Vaya cuadro: hasta el león disecado
se chotea del jovencito. "Hijo, que te estoy entrenando
para ser un rey hijoputa. Pon otra cara." "Pero si es mi
cara de malo, papá". "No. Es la que tienes siempre"
De continuo Harlin “detiene” a los actores en escorzos que no comprendes a qué se remarcan. (El 3D.) Después, entroniza la lucha con los bloques de piedra que el “libertador de pueblos oprimidos” Hércules (transcurriendo la historia en Grecia, ¿no deberían llamarle HERACLES?) emplea contra los soldados de su “padre”, el codicioso rey-tirano ANFRITRIÓN.

Para dar empaque al desastre, adjuntan a Hércules (recordemos: semidiós dotado de fuerza sobrehumana —la de este Hércules procede de aburrirnos soberanamente— y sesera mínima-nimia) un hermanastro prepotente, tanto LOKI como JUAN SIN TIERRA, esperando complicarle la vida al refractario héroe, enésimo cachas sin carisma ni registro actoral que, a duras penas, intenta convencernos con su burda interpretación. El hermanastro ambicioso asedia, de mala manera, a su futura esposa, como el CÓMODO caracterizado por JOAQUIN PHOENIX. Empero ella está enamorada del forzudo. Y todo el dramón dramático se centra en ese amor imposible, cuyo maniqueísmo acaba agotándonos.

Con razón esta pava no quiere saber nada del sujetillo,
prefiriendo al pelón cachas con hercúleos atributos
Bien: llevan años denunciando la creciente esterilidad de Hollywood. Que sus proyectos están hueros. Todo es un oropel de potentes píxeles que rinden el trabajo que, antaño, realizaban tanto la interpretación como el guión. Los SFX los han canibalizado. Sin duda, GEORGE LUCAS pretendía lo opuesto. Desarrolló ILM pensando que su soporte técnico haría más creíble STAR WARS o las Arcas Perdidas de INDIANA JONES. Hasta los extraños dragones bicéfalos de WILLOW.

Pero los SFX han terminado dominando el panorama, “esclavizando” (cuando era al contrario) a actores, directores y escritores. Los productores creen poder someter a este monstruo; falso. Esta película confirma mis presentes consideraciones. La cinta es muy mala historia, peor interpretada, con total vacío de contenido. Imitando a 300, aumentando de manera estrafalaria los peligros de la arena del Coliseo de Gladiator, y enfoscándola de píxeles 3D, piensan haber realizado un hito del Séptimo Arte.

Esto resume el filme: la pose chulesca del mesomorfo. No
esperes más elementos cautivadores en el metraje
La culpa también procede del espectador. Su inteligencia media parece haber descendido alarmantemente. Encumbra lo frívolo y deleznable. Desprecia el trabajo profesional y artesanal. No lo ofende la falta de calidad intelectual de esta película, por ejemplo. Mientras sea en 3D, ¡vale!, pues surte de alimento a algo rudimentario de su ser, rechazando demás (y elevados) estímulos.

Tras presenciar este “espectáculo”, no sé cuán cerca estamos del rudimento rupestre narrativo. Casi tanto da ya que pongan dibujitos en un muro y que el espectador se refocile con el de la hostia en 3D. Cuestiones como: ¿a qué se dio? ¿Quién la dio? ¿Por qué? ¿De dónde sale esto?, carecen de importancia para este espectador. Premia sólo que las pinturas sean en 3D.

La grave crisis de creatividad de Hollywood va hermanándose a la alarmante falta de exigencia intelectual del espectador medio. E ignoro cómo de mal terminará todo esto.