Portada que me ha parecido más sugerente y atractiva del recopilatorio |
La generosidad de los bajos precios de los
lanzamientos de las ¡nuevas colecciones! me permitió adquirir este tomo que, en
justicia, considero está muy bien presentado. Su lujoso envoltorio presume un
respeto por la historieta nada desdeñable.
Empero, el tebeo sigue siendo “cosa de
críos” para un volumen respetable de posibles lectores patrios, quedando
marginado al rincón de las tonterías y sandeces para freakies. Colectivos tan inefables como TEBEOSFERA (cuyas fétidas entrañas tuve la mala suerte de
conocer-en-detalle) NO HACEN NADA para darle a la profesión y las viñetas la
dignidad que merecen. Forman sus cónclaves, exponen qué MAL todo está, cierran
sesión sin embargo con la sensación de haber hecho ALGO por remediarlo. Sólo se
han lamentado; no han propuesto líneas de acción (algunas relativamente
económicas y fáciles de acometer) o soluciones. Supondría algo que no quieren
hacer: trabajar en firme por salvar algo que dicen amar. Compilar estadísticas
es menos gravoso.
Las estadísticas tienen el mismo atractivo
que las columnas de números y direcciones de la guía telefónica. En la tremenda
tesitura de carecer del poder creador (con cuanto esto supone) pese a
abrasarlos el ardiente deseo de hacerlo, se consuelan efectuando listado de
colecciones antes de generar el esfuerzo que les incluya en ellas.
Empezar, lo hace muy prometedoramente. Esta viñeta lo indica. Pero, tras esto... ¡vaya muermo! |
Pero versábamos sobre este tomo. MARK
MILLAR, uno de esos “nuevos” escritores con relumbrón brutal, ofrece una sensación de “aventuras” del forever young PETER “PAN” PARKER en las que
no sucede nada. Todo lo realza (eso sí) el trazo de ambos DODSON, con
intervención de FRANK CHO, que ilustran guiones vacuos y faltos de tensión.
En los Nostálgicos Tiempos, cuando trabajaban
tíos como STAN LEE, ROY THOMAS o GERRY CONWAY, lo que cuenta Millar en un
centenar de páginas se lo ventilaban en cuarenta, como mucho, y encima había
romance, tensión, acción, splash pages
acojonantes (bueno, dependiendo del dibujante), trhiller y qué sé yo más.
Los modernos guionistas (aun ALAN MOORE ha
terminado ‘rindiéndose’ a esa “moda”) telegrafían los diálogos, espaaaaaaarcen
durante docenas de números una acción que rebosaba en los Nostálgicos Tiempos
número tras número, y quedan en coitus
interruptus de todo. Esto es también culpa del rictus erectus del lector. Acostumbrado
a no leer, permanece en su mínima expresión twitter,
gozando una pobreza conspicua de vocabulario. Así, apenas les juntas siete
sílabas en una palabra, les dejas en coma.
No os engañe la fuerza dramática de la ilustración. Es un cebo en el que, por desgracia, debemos picar |
Detesto mucho a estos nuevos autores, pese
a que entre ellos esté GARTH ENNIS. Hacen lo mínimo-nimio y, sin embargo,
reciben ¡loas! que deberían tributarse en los escritores citados up supra. Hay poco riesgo, contrastando
sus esfuerzos, en estos autores de ahora. Una vez y otra comprobamos que
estiiiiran los argumentos que ayer se condensaban en pocas páginas porque NO
TIENEN ideas que alimentar, desarrollar, imprimir. Y son profesionales mejor
pagados y considerados que aquellos de Década 60-70, pioneros audaces y
esforzados cuyo trabajo creo jamás ¡encumbraremos! lo debido.
El secuestro de la sufrida TÍA MAY, de
palpitante preocupación para el prócer Parker, queda incluso solapado cuando
descubre que su costilla, MARY JANE
WATSON-Parker, ha dilapidado sus ahorros. Y todo esto ocupa los números que
abrigan las tapas duras del recopilatorio. ¿Hostias? Pocas, mínimas-nimias.
¿Presuntuoso perfil psicológico de los integrantes de la saga? Demasiado. ¿Importa?
No. ¿Aburre? Un wevo.
La Industria vive, gracias al parásito
real, un momento de esplendor inaudito. Empero, nos regala muermos como éste donde el
dibujo intenta hacer el imposible de congraciarse con nosotros. Dada la cada
vez menos exigente atención del lector, como que lo logra. Una pena. No. Estos
no son “mis tebeos”. (Por eso cada vez leo más los clásicos. Vaya cosa.)