Relajada reseña por respeto al día; este personaje, por cierto, procede de los 40. Tal como aquí la pintan. Compárese... |
Una de las peculiaridades a reseñar entre
los estudiosos del tebeo y los lectores, todo sea dicho, es la desacertada idea
que tienen sobre la producción de los cómics. Lo expreso con completo
conocimiento de causa. Es asombrosa ignorancia que puedo resumir así:
Ellos piensan, comprobado lo tengo, repito,
que los tebeos se cultivan. Tal como
escribo. Un tebeortelano (distinguible del resto de granjeros por su camisa
compuesta por viñetas cosidas) siembra papelitos y virutas de lápiz en tierra
empapada en tinta y voilá! Al poco brota
una colección, una novela gráfica, una serie limitada, una daily strip.
Del esfuerzo que tiene producir un tebeo
(discusiones entre los autores, malos días que las páginas terminan reflejando,
como ocurre cuando todo son buenas nuevas, fechas estresantes de entrega, etc.)
no tienen la más mínima-nimia noción. El autor (gráfico, escritor; ambos)
vierten en la plancha filias y fobias a mansalva, bromas y pullas fruto de una
necesidad de catarsis, cuan suerte de travieso “juego de palabras”, o muestran
circunstancias de la actualidad.
Pero ellos, nada de esto. Centrados en lo
del huerto. Marvel les parece como La Granja San Francisco pero de las
viñetas. No creen que tú, como autor, añadas algo que refleje tu estado anímico
o idiosincrasia. Para ellos: sucede ese milagro de la germinación en mantillo. He
relatado lo del esfuerzo laboral a varias de estas personas… Lo creían falso.
Inaudito. Imposible. Increíbleble.
...con esta fotografía de la BENDITA BIANCA BEAUCHAMP (¡aclamad a la diosa!). Esto es porno, lo de arriba: activa combatiente contra el crimen |
Y otra cosa que “desestiman” es qué potente
sexualidad fetichista desprenden muchos personajes, si no todos, del tebeo. Son
‘visiones peligrosas’ del autor que disfraza como un competente uniforme
ajustado a la lucha contra el crimen. Empero, mirándolo con atención, ves cosas. La imagen de deidad totémica
de BATMAN; la seducción juvenil gay de los superhéroes, musculados siempre
apolíneos, el deseo dominante/sexual de las superheroínas/supervillanas.
Expresan, con calculado tapujo industrial,
tendencias sadomasoquistas y lésbicas según emulan conductas masculinas. Imponen
su voluntad a golpes de látigo o fusta, o la punción de sus tacones de aguja, exhibiéndose
en apretados trajes de PVC o látex que llaman "uniforme". Aparecen
más/menos lascivas ante tipos que, sorprendentemente, no expresan carnal
interés por unas curvas eróticas que podrían erectas sus pasiones.
Así presentadas, reflejan las ensoñaciones
fetichistas de sus autores; rinde pleitesía sin ambages a la hembra, la cual
los fuerza a dibujar su concepto de la "mujer perfecta": guerrera,
madre, hermana, amiga, idea que en absoluto cosifica a la mujer: la ensalza.
[Una
excepción podría ser SUPERGIRL, pero
porque es sosa, como SUPERMAN está
por sobre los clichés sexuales. Lo ubican heterosexual, sin duda, y dado sus
poderes, cómo los emplea, está más cerca del concepto divino que del disfraz del
bobalicón que persigue a LOIS LANE, icono de la osada independencia y el
desprecio al débil.]
Y, como último ejemplo, esta imagen de BLACK WINDOW. ¿Veis los paralelismos? |
También curioso es qué tratamiento recibe
"el héroe" o sidekick que
"sigue" a estas andróctonas: individuo sumiso, semicastrado, que desluce
los valores de razón, fuerza y mérito que, sobre todo los pulps, intentaban impostar en el colectivo juvenil antaño.
Esta digresión, por supuesto, elude a las
féminas etiquetadas como eróticas
(léase: LORNA), o aparecen en tebeos
porno. Me refiero a las figuras caracterizadas en el mainstream de superhéroes. En tiempos más restrictivos que los
presentes se las trazaba divinas para
ser suerte de ‘válvula de escape’ de esas soterradas pasiones insinuadas. El
pretexto: necesitan un uniforme peculiar
para triunfar. Ocurría algo igual con la saga barsoomiana de JOHN CARTER, que exuda sensualidad. No tenía ese
problema JOHN NORMAN, quien dio rienda suelta a sus “catarsis” en sus crónicas
de GOR. ¿Enterados?