domingo, 26 de noviembre de 2017

SUPERMAN RETURNS — EXCELSIOR!

Afiche de un filme que, para nada, quería
recordar existieran los títulos III y IV
Tras el amplio paréntesis surgido del nefasto Superman IV, como un poderoso esfuerzo por hacernos olvidar todo cuanto fue deteriorándose título tras título, BRYAN SINGER filma un elegante regreso del ÚLTIMO HIJO DE KRYPTON, con justo ritmo pausado, pero lleno de momentos electrizantes, y sobre todo, respetuoso con la imagen del llamado “más viejo boy scout del ancho mundo”.

Esta excelente película, de factura casi impecable (fallos tendrá, como todo, porque es obra humana y distamos de la perfección), empero ha recibido bastante vapuleo, aunque ignoro el motivo. Causas: el prota era un soseras, Superman no mata, no recaudó lo debido (quedó a un millón del coste de producción el día de su estreno, cuidado)… mil chuminadas y sandeces varias que inspiran la idea de la injusta veleidad de opinión de un freakismo fanático incapaz de decidir qué quiere pero con tiránico criterio impositivo.

Las nuevas de SPIDER-MAN (la de HOME COMING no la he visto; me refiero a las otras) son entre malas y deficientes. SUICIDE SQUAD es mala, producto para lucimiento de WILL SMITH. ¿Superman Returns penosa? Fatal vais, freakies.

El envidioso supremo regresa a un lugar que no le es nada
desconocido. Este SUPERMAN RETURNS estaba pensado
para ser el primer título de una saga que iba a más.
Frustraron esa intención
Comparadla con las anteriores, las que violaron los SALKIND sin compasión queriendo hacer una burda comedia de un personaje amable y quizás bastante ingenuo que no obstante se vuelca por ayudarnos en nuestros duros días-a-días, transformándolo en un bufón superpoderoso al que le colocaron una histérica bulímica egoísta de novia y una colección de memos como lastre de la acción. Entonces, Superman Returns remonta por encima de muchas otras (empezando por esas de los Salkind) que obtienen estimación sobrevalorada de ese público veleta.

Su protagonista acomete dura tarea: hacernos olvidar (imposible) al malogrado CHRISTOPHER REEVE. Era su presencia la que dignificaba todas las mierdas que habían incrustado en guiones inefables que no merecían ni siquiera ser valorados por la Warner. Singer extiende respetuoso un manto de agradable continuidad con aquél Superman del siglo XX con el que emprendía vuelo en el XXI; cierto que recicla bastante material del filmado, pero pretendiendo encadenar películas. Mas, sobre todo, impera el respeto por la imagen de un icono gráfico que pocas veces recibe un trato justo.

La mujer que puede hacer sensible un corazón de acero. Un
motivo más (o el motivo) para salvar el mundo día-a-día
El freakismo se volcó con MAN OF STEEL porque era un Superman “moderno”: oscuro, a lo BATMAN de CHRISTOPHER NOLAN, ‘complejo’, capaz de matar. Superpoderoso que no veas, de acuerdo. El duelo final es impactante, probablemente de los mejores rodados con criaturas con superfuerza. Pero Superman dona más: bondad, generosidad, paciencia. Querer guiar, no liderar, pues KAL-EL comprende que el mando causa soledad (bastante solo está ya) y enemistades. Le sobran, con todos los envidiosos tarados (LEX LUTHOR en cabeza) que combate. ¿Puede ponerse a una parte importante del amplio planeta en contra, que juzgará sus decisiones arbitrarias, equivocadas, egoístas… antiamericanas incluso? Ya soportamos demasiados políticos supremacistas mesiánicos/presidencialistas como para que, encima, un ser quasi divino nos controle o dicte la existencia.

Sin vacilar, perfectamente consciente de sus poderes, otra
vez Superman acomete las enormes dificultades
El HOMBRE DE ACERO sí está preparado para esa tarea. Su ‘visión superior’ le dice qué nos conviene, qué no. Es sólo cuestión de sacrificio y disciplina ajustarnos a sus normas. ¡Es por nuestro bien! Ese Hombre de Acero es sujeto poco de fiar, frío, distante, pese a que intenten convencernos que es el mismo Superman que encarnara Reeve. Los patrones de bondad, paciencia e indulgencia que GLENN FORD le inculcara no son los mismos que dispendia un escarpado KEVIN COSTNER, pese a pretenderlo.

Es lamentable que nuestra Sociedad prefiera “al que puede matar” al que “puede educar”. Rompo esta lanza a favor de Superman Returns. Y deseo cunda el ejemplo. Lo merece. Espero que, en breve, el tiempo la sitúe en preponderante lugar.