jueves, 19 de diciembre de 2019

STAR WARS, EPISODE IX — ADIÓS, SAGA QUE TRAICIONÓ A LA FUERZA

Ni STRUZAN salva esto. Siendo el
estreno inminente (que no acontecimiento),
tocaba decir alguna cosa... (como que
siempre habrá una Doble Santa Trilogía;
ésta no da la talla)

No he visto más que el Episodio VII y ROGUE ONE. Así que alguna apreciación peregrina fijo que cae. Lo que sí he visto es una general decepción creciente entre los fans y una indiferencia increíble hacia uno de los más importantes y célebres iconos de la CultuPop. Llevamos una racha bárbara de pérdidas similares, y todo por culpa de querer contentar a todos (parafraseando a WOODY ALLEN) y sólo logrando el fracaso.

Hollywood, éste Hollywood de la diversidad y tonterías varias progres, ha olvidado por completo el contar historias (buscando el lucro, vale; mas había un hacer profesional ahí) para esforzarse en tener cuotas raciales, sexuales, HomoX, LesboX, esperando conseguir un Equilibrio de la Fuerza que ni ANAKIN SKYWALKER podría jamás lograr.

Son numerosos elementos conflictivos. Quitan a unos, dan a otros, procuran no peleen, estalle una polémica estéril, aquél se sienta menospreciado, su vecino ridiculizado… para cuando el director, quien ha sido lo suficientemente “pelelelizado” por las Causas Progresistas como para oponer alguna resistencia, lee el guión, recibe basura.

¿Qué voy a contar? ¡Hay apenas un relente de trama! Todo es politiqués. El antaño donjuanesco estelar LANDO CARLRISSIAN ahora es “rarito”; lo cual sugiere que sus frustrados flirteos ante LEIA ORGANA en Bespin eran ¿para compensar carencias? Por tanto, como insinúan en LA LEGO PELÍCULA: ahí hay mucho maromo (dentro del Halcón Milenario) como para dejar el culo expuesto. HAN SOLO, CHEWBACCA, Lando… el calvo de los cascos por orejas… ¡buf! ¿Imaginan ustedes la espacioorgía?

Posiblemente la más política de toda la Doble
Santa Trilogía. Versaba sobre cómo los
políticos pueden mediatizarnos para sus peores
intenciones verse cumplidas. Sin embargo, la
saga nueva pretende sólo complacer a las
minorías, matando de paso esta cara mitología

Así pues… Han también compensaba al buscar lío con Leia, que rechazaba a su hermano (sin saber lo era, esto es), dejando empero una sutil sensación de incestuosidad galáctica en la Primera Santa Trilogía. Conclusión: las primeras LA GUERRA DE LAS GALAXIAS eran tan escabrosas como la corte de CALÍGULA.

…porque ahora descubriremos que, para tener feliz a otro sector del público, Leia tenía lío con la flaca de la túnica blanca que les manda a Endor…

Qué desastre. La Sra. KENNEDY prometió respetar el espíritu impreso por el siempre denostado visionario GEORGE LUCAS. O no ha entendido nada, o la han embaucado las causas politiquesas a las que tan afectos son en Tinseltown (ANJELINA JOLIÉ buscando huérfanos en Vietnam; ¿no hay expósitos en Estados Unidos? No, mola más un chinito; HARRISON FORD lame-culo a GRETA “JUANA DE ARCO” THUNBERG —ya le vale—), o el inefable JJ ABRAMS la ha dejado en tal tierra de confusión (dicen que con esta filfa de trilogía repite los fallos de PERDIDOS) que no hay brújula, dorada o plomiza, que los saque del laberinto (sin fauno o Minotauro) donde están… perdidos por el politiqués.

Lucas filmó una historia clásica. Con la que el espectador se identificaba por su inmortal sencillez. Hoy día, quieren hacernos ver cosas que sólo existen en un puñado de perturbadas mentes y que rechinan como metal contra roca al contacto. Esta última trilogía ha despertado tal grado de despectiva indiferencia que debería alarmarles.

Y de pronto, antaño, este estreno. La
génesis de una potente leyenda, que
casi es una religión, hoy en sus más
bajos y tenebrosos momentos...
Aun los Episodios I al III concitaron más polémica y vivo análisis. Era tanto por meterse con Lucas como con HAYDEN CHRISTENSEN. Pero, al menos, había energía. ¿Qué tenemos aquí? Al de la careta. A la vestal del sable láser. Al desertor negro del sable láser. Insinúan que PALPATINE ¡retorna! en un desesperado esfuerzo, pienso, por tener a “los clásicos” contentos. Dudo lo logren.

Recordarán esta trilogía por ser la que pudo ser, sin serlo. Un anticlímax artúrico. Y mira que había historias que desarrollar. Mas, ¡no! El politiqués homo-minista se ha impuesto al simple ejercicio de narrar-y-contentar, tirando de los clásicos que fuesen, por evitar que algún espabilado progre con influencia mediática diga alguna maldad de mierda…