Quien parte la pana en esta cuando menos
correcta buddymovie es ALBABY
PERKINS, interpretado por GREGORY HINES, porque por apropiado que esté WILLEM
DAFOE como BUCK MCGRIFF, su personaje no tiene la vehemente proyección o energía
que el detective negro lanza en casi todo momento presente en pantalla.
Punto para las minorías que así demuestran que no se trata del color de la piel, sino
de la auténtica capacidad del individuo para motivarse y transmitir según qué
mensaje, o con qué intensidad. Los actores de color suelen ser también buena
materia prima. Hay suficientes ejemplos, aunque sucede que suelen quedar
eclipsados por la presencia de su compañero bianco.
Aquí, pese a sus continuos intentos por protagonizar, es McGriff el que está “oscurecido”
por Perkins.
Aunque Dafoe quizás prefirió fomentar la
imagen de una elegante estampa doméstica de NORMAN ROCKWELL del joven
norteamericano respetuoso con las creencias de su educación y una visión de su
nación que se desmoronaba apenas colisionó con culturas diferentes, o
primitivas. Ese barniz de noble ingenuidad vuela apenas pasa lo suficiente
entre salvajes, mostrándole en el fondo no tan distinto.
Por cómo procede, Perkins me recuerda a
GRAVEDIGGER JONES y COFFIN ED JOHNSON, detectives realmente duros que podrían
estar a la altura, si no superar, a HARRY CALLAHAN. Esto me lleva a considerar las negativas
reseñas que DIRTY
Harry cosechó en su
estreno. Eso de la calificación de fascista y tonterías anejas que la selecta
crítica afeminada endilga a toda obra que no encaje en sus estándares de amanerada
belleza o “perfección”, los cuales les induce un pequeño éxtasis al
contemplarla.
Los esforzados protagonistas, policías militares que se emperran en resolver un caso entre mil en un entorno donde todo importa una mierda. La honra personal exige aclaren los asesinatos |
Es evidente, para esa “delicada” crítica,
que no han leído, por ejemplo, ALGODÓN
EN HARLEM. Pueden
acaso conocer, de remotas oídas, la novela (o la película), plagada de momentos
de brutalidad policial y expeditivas maniobras armadas por parte de esos
detectives, inmersos en una conflictiva zona urbana donde la fuerza bruta es la
principal ley a aplicar, pasando a continuación a la normativa para que las cosas
no acaben desbarrando del todo/completamente. Empero si hay que dar un culatazo
en los dientes para obtener pax deprisa, se pega.
O sea: el Estilo Callahan de zanjar problemas. Aunque entra en valor otra
cosa: lo que es intolerable en un policía bianco,
es aceptable en dos agentes negros por aquello de las minorías y la
culpabilidad paternalista racial que ahora a la raza bianca le ha entrado, que despide a actores biancos de papeles de personajes de color porque parece un salvaje
insulto y rasgo de opresión esclavista de cuando LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ.
El "elemento en discordia" que no compromete la amistad de los muchachos. Entre tantos, un amor imposible de consumarse |
Pues ocurre que Perkins no necesita de ese
cretinismo paternalista protector racial para desempeñar su difícil tarea. Pues,
para cumplir con los adecuados formulismos, está McGriff, quien tampoco es
manco llegada la situación. Mas le reservan la complicación amorosa imposible (o
sea: liarse con la monja, cuya fuerte fe en sus votos supera a sus pasiones
carnales) por obediencia a “esos tiempos”, en que si eran dos los machotes sin
compromiso con alguna fémina, se sospechaba de compadreo sexual entrambos. Detalle
chungo. (Hoy no, claro. Hoy tanto TANTO ha cambiado… Se alienta, incluso…)
Perkins lo primero que dispara al adversario es el adjetivo maricón. Cuando ametralla al terrorista vietnamita que intentó asesinarles, no cesa de llamarle maricón aun cuando lo tiene reventado en la calle. Eso, hoy, es anatema absoluto. ¡Colosal pecado homófobo! Queda, por tanto, como una distinguida muestra de la incorrección política adrenalítica cuando alguien intenta liquidarte mientras aclaras un caso de asesinato múltiple que implica a oficiales de alta graduación, prostitutas vietnamitas con hijos de soldados estadounidenses y un popular coronel sadomaso que se arroja desde un helicóptero a la jungla sin paracaídas al no poder soportar desvelen su comprometedor secreto…