Afiche. DIRTY HARRY tenía el .44 Magnum. MCQ un MAC 10. Pienso que los de INGRAM pagaron la cinta para publicitar el subfusil, fíjate |
Con cierta edad, verte pilotar ese tipo de
deportivo (creo que el de STEVE MCQUEEN en BULLIT)
delata que no has superado la crisis de los cuarenta: ¡sino que la encadenas con
la de los cincuenta, precisando DESEPERADAMENTE atraer veinteañera compañía
femenina mediante ese coche para sentirte aún potente y sexual-funcional!
Comentan que JOHN WAYNE estaba pensado
interpretara a HARRY
EL SUCIO. No sé si
llegaron o no a ofrecérselo; lo cierto es que McQ es un fondón calco del polémico policía de San Francisco, con
matizaciones que quiero resaltar. Sospecho que a Wayne le sedujo la idea de encarnar
a un policía expeditivo, fascista sin más, y se la traía floja qué mala prensa
gabacha había tenido DIRTY Harry. Problema:
a McQ no lo respalda el intelectual
JOHN MILIUS para darle un fondo cultural/coherente a los disparates.
Mientras Harry el Sucio brea a un
sospechoso in situ, McQ empitona al
menda al que le tiene hambre dejándolo tundido en un water público porque es su
política. Sin duda, McQ, estilo violento policía corrupto de novela de JAMES ELLROY, en los cincuenta y sesenta agarraba la
primera guía telefónica que viera sacando confesiones a listinazos. Dagos,
cholos, negratas, micks… arreaba lo que fuese. ¿Necesitamos un culpable? Lo
fabrico a golpes. Ya se apañen luego con los maricones de los derechos civiles.
McQ mostrando a un sospechoso lo que piensa de la Ley Sí-Soltamos-Violadores-Sí femirula. No, en serio ahora: estos son sus métodos policiales de interrogatorio, Y tan pancho, oigan |
Mientras Harry el Sucio procura a su manera
no obstante seguir el código, McQ allana propiedades de sospechosos porque es su política,
coño, no me discutas, y que luego la fiscalía apechugue con mis pruebas
inadmisibles. ¿Que necesito unas pirulas,
para pagar a un confidente, o entonarme? Zamarreo a un yonqui conocido y
obtengo el material. Este es mi mundo, mis reglas, mi política, y jódase el que
no quiera aceptarlas.
Este viene a ser, grosso modo, el tenor tanto del personaje como la cinta. Una que se
esfuerza por ser copia de HARRY
EL FUERTE, tanto TANTO
que, en algún momento, alguien advirtió que el parecido era tal que podrían
demandarles por plagio. Así que le dan un giro “de última hora” saliendo del
atolladero con una trama de policías corruptos que cambiaban droga por azúcar
en la brigada y hacen que AL LETTIERI fuese de veras el malo por el cual estaba
cobrando. Mas hay un momento en que sí: esto parece un complot policial al
estilo de “El Fuerte”.
McQ aún así tiene conocidos que le consideran un tío civilizado. Cuidado, Mac: aquí hay tomate |
La película parece beneficiarse de un
cambio de opinión sobre el crimen, la policía y la violencia. Hasta entonces,
luchar contra el delito, en plan LOS
INTOCABLES, tenía algo
de cruzada virginal. Mas una delincuencia rampante (más drogas, más
violaciones, la metamorfosis mental que la sociedad norteamericana sufría al
ver que su poderosa maquinaria militar no podía abatir a un puñado de pijamas negros vietcongs, ya anticipando una vergonzosa derrota, los derechos civiles,
la divulgación sin complejos en medios de comunicación de hechos que preferían
ocultar tras la panza de un racista sheriff
pueblerino bendecido sin embargo con el beneplácito popular por representar
cierto conservadurismo calvinista) hacían más tolerables las propuestas como McQ.
Las junglas ponían de rodillas a EE.UU. Así que considerarían: Vale, esa lucha está perdida, admitámoslo. Pero la de nuestras calles, con escolares drogatas y violadores, negros contestatarios y spaguettis que ceden a las Triadas terreno, jamás. No cejaremos.
El COWBOY ETERNO se pasa al siglo XX automático. Y lo disfruta, oigan |
El éxito de la imagen implacable de Harry el Sucio la acepta sin complejos John Wayne (que no le va) al asimilar, dentro de su cacumen, la comparación: Tíos, en el fondo, las calles de Seattle (o Frisco) no son distintas de las de Lincoln en 1880. Es un western, sólo que en vez de ir a caballo, viajo en deportivo de viejo verde. Y combato el imperio de la droga marsellesa que afecta a mi Departamento y a mi amigo, en vez de a cuatreros. Mas sale rana. Pues no, no convence el Cowboy Eterno como poli duro.
Ni en esta, ni en BRANNIGAN, donde repite los estándares de brutal intransigencia.