viernes, 2 de septiembre de 2011

SEÑALES – O LOS ALIENS INCAPACES DE ABRIR PUERTAS

Afiche foráneo de SEÑALES. Tal
parece la cubierta de un libro de
STEPHEN KING, de terrores agrarios
En oposición a un cine catastrofista y grandilocuente de conquistadores procedentes del espacio exterior que originan estampidas de multitudes empavorecidas o movilizan grandes fuerzas militares, con la pirotecnia asociada a combates fútiles pero necesarios para demostrar el poderío (y tronío) de los agresores inhumanos, M. NIGHT SHYAMALANG presenta un angustioso thriller agrario e intimista que promueve un vínculo con LA GUERRA DE LOS MUNDOS, de H.G. WELLS, específicamente cuando el narrador (que considero es Wells, pero es mi opinión, no un dogma) y el fatigoso del PÁRROCO quedan encerrados en la casa por la caída del proyectil marciano.
(Que en verdad debía haber causado una devastación quasiatómica. Pero tal estrago impediría a Wells relatarnos la maravilla de otro mundo que sucedía mientras él y el párroco se atizaban en la penumbra de la catacumba improvisada.)
Shyamalang, que participa en la cinta dándose un papel secundario relevante (un atormentado veterinario responsable del luto que aflige a la familia HESS), recurre a un reducido plantel de actores para narrar su fábula con fuerte contenido mítico, más que espiritual. Es además su filme una “guerra de mundos” personales donde los aliens son el pretexto para demostrar que la armonía de “nuestras celestes esferas” íntimas y sociales es mínima-nimia, hallándose plagada de obstáculos y diversas miserias.
Los HESS al completo contemplando una barrabasada
cometida en sus cultivos. La "gamberrada" será cosa
mucho más siniestra al final
También, en un giro no menos asombroso a tenor del “laicismo” que recorre el mundo (al modo del fantasma del MANIFIESTO MARXISTA o el de FRITZ LEIBER) y que pone en ácida solfa una religión mientras ampara las restantes, Señales la protagoniza un sacerdote (MEL GIBSON como GRAHAM Hess, que colgó el alzacuellos y vive de la granja, o eso parece; ha perdido toda su fe) y asimismo argumenta la idea de que existe un Ser Supremo en el alto cielo mecido por todos los vientos que, de formas retorcidas y elípticas, Se manifiesta modificando nuestras vidas.
BO Hess (ABIGAIL BRESLIN) perdida en el maizal. Que
no inspira terror el fotograma, vamos. La solemnidad
como el director trata a sus personajes los hace irreales
No creo que Shyamalang pretendiera hacer apostolado de algo con Señales; empleó eso como un significativo recurso narrativo más. Quiso, huyendo de las grandes batallas y las máquinas guerreras, nutrir su trama con cierta enjundia, y fue con las preguntas: ¿y si no todo es casual? ¿Y si DE VERDAD Dios nos tutela?
Por otra parte, el director nos dice que el Altísimo no es ese Ser noble, regenerador e inspirador retratado en la Capilla Sixtina o en parte de la liturgia. No está en el plan del Viejo Testamento (esparciendo plagas, fuego y azufre) pero tampoco como en el Nuevo. El ejemplo está en cómo transmite a Graham de qué modo va a salvar a su familia (matando de forma cruel a la esposa del reverendo) o haciendo asmático a su primogénito, MORGAN, encarnado por RORY CULKIN. (A los primogénitos siempre nos cae algún marrón.)
MORGAN Hess (RORY CULKIN), el listillo de la familia,
logra embaucar a su tío MERRILL (JOAQUIN PHOENIX)
en su "fe" por las abducciones extraterrestres
En respuesta a estas faenas, Graham suspende su ministerio pastoral y escarnece todo cuanto de ‘mágico’ puebla el Universo. Lo que ocurre en él sucede porque una abstracta mecánica cuántica lo impone y hay casualidades. Estamos solos en el Cosmos, antiguo y vasto del cual procedemos, librados a nuestros recursos. Entre los cultos fetichistas politeístas y nuestra religión monoteísta y auténtica no hay diferencia. Sólo ornamentos y latinajos. La idolatría es idéntica en los credos. En tanto los paganos rezan y hacen sacrificios al dios de la lluvia, nosotros recordamos a Santa Bárbara cuando truena. Las limosnas y plegarias prometidas a la santa equivalen a los holocaustos paganos.
Y resulta que ese hombre del medio, con la cara de bobo,
una vez gobernó el imperio romano (una imagen ´nuff said)
En oposición a la escarmentada y cítrica versión del mundo del apóstata Graham, está su hermano MERRILL (JOAQUIN PHOENIX), ex astro del béisbol, que desea creer en algo (Dios) porque la oscura y vacía bóveda que propone Graham, donde todo ocurre merced a una tirada de dados caprichosos, le aterra. Pese a su soflama contra los freakies que, incapaces de ennoviarse, compensan la merma dibujando en las cosechas ajenas enigmáticas señales, en seguida abraza, como un SAULO de los vastos maizales, la “religión” basada en el “evangelio” ‘predicado’ por su sobrino, el de los contactos extraterrestres (una sarta de chorradas para mentes impresionables e ingenuas que pseudocientíficos “gurús” sin escrúpulos aturden sin recato). Su candidez (que “justifica” se ponga el estrafalario gorro de papel de plata) es similar a la de su “caprichosa” sobrina, BO (ABIGAIL BRESLIN), aunque la niña tiene la excusa de su infante edad.
MEL GIBSON es GRAHAM Hess, ex reverendo. Pero en
este fotograma, se prepara para ponerse en plan
MAD MAX, y ya veréis
Pendiendo de estos mundos en colisión (ideológica) está la repentina y sutil llegada de una fuerza alienígena que comenzó manifestándose esparciendo por los sembrados esas indicaciones misteriosas que sirven de mapas a un puñado de naves espaciales (sólo luces que, en homenaje a ORSON WELLES y su recreación radiofónica de La guerra de los mundos, un comentarista televisivo aumenta su dramatismo con relato de voz en off) y luego en la forma de unos seres camaleónicos antropomorfos que no saben girar picaportes, aunque bien recuerdan las ofensas. El que invade la casa de los Hess es el mismo al que Graham mutiló unos dedos.
Esto de los pomos es un aspecto desconcertante de una cinta destinada al sobresalto y el suspense como grandes bazas a los rayos aniquiladores o las naves aparatosas de otras producciones (o cagadas supremas –FALLING SKIES-) y cebada con esa cadena de dudas de: ¿realmente estamos solos? ¿El asma de Morgan no es, al fin y al cabo, lo que salva su vida cuando lo gasea el alien? El capricho de Bo por esparcir vasos de agua cuyo contenido luego mata al agresor, ¿no permite suponer que Dios obró de ese modo influyendo en su conducta para que sobrevivieran al encuentro? ¿O todo sucede porque sí, como afirma Graham?
M.  NIGHT SHYAMALANG también actúa en el filme.
Desgracia a los Hess cargándose a la esposa de Graham y
da una pista de cómo derrotar a los extraterrestres
Atraviesan un porrón de años luz en naves sofisticadas e idean un algo que les mimetiza para hacer más eficaz su infiltración en la Tierra pero luego son incapaces de derribar la puerta de un sótano. No hay forma. Tantean la madera y giran el pomo, acojonando a la niña y al fornido Merrill, pero ¡nada! De tumbar la puerta, ¡olvídate! ¿Y sus armas de rayos? ¡Todos los aliens las tienen!
Pero pese a esto y el láaanguido sistema de narración visual de Shyamalang, debemos reconocerle valores a Señales. Ofrece una alternativa, sosegada y “cerebral”, al habitual despliegue de epatantes FX y las actuaciones febriles de los acosados por los arrolladores invasores estelares. En la variedad yace el gusto.
Sobre otras invasiones espaciales:
El invasor mimético que emite gases mortales. Es mejor que
ocultes la cara, ¡torpe!, que no puedes abrir una puerta.
(Cuando nos invadan de verdad, eso tenemos que hacer:
sembrar la Tierra de puertas. Jamás nos conquistarán)

Vuestro Scriptor.