jueves, 3 de enero de 2013

CATS — UNA IDEA


…sin ninguna base científica, como tampoco es cosa oída en tertulia de TV o radio, o leído en Dios-sabe-qué-blog. La reflexiono tras escuchar la queja de los ciudadanos afectados por el problema que causan esos parásitos alados y transmisores de enfermedades cuyo alias es las palomas.

Es cierto que, de un tiempo a esta parte, observo su abundancia en la ciudad; asociaciones vecinales han pedido al ayuntamiento que acote el problema. En numerosas terrazas y balcones cuelgan CDs que espejean cuando el Sol incide en ellos a modo de espanta-palomas; su eficacia parece dudosa. Pero, por probar, que no quede.

Pienso que el problema, en parte, lo solucionarían los gatos. Hasta no hace mucho, sus elegantes siluetas se paseaban por las calles acechando a estas ratas aéreas designadas “aves de la paz”. Ya, no. Los han eliminado. Y las palomas han proliferado.

Sabiamente los egipcios eligieron a los gatos custodios de sus graneros por diezmar a las ratas que devoraban el grano. En gratitud, situaron a BASTET como una de sus principales deidades. En la Edad Media, la fanática estupidez religiosa quemaba a los gatos en las hogueras, considerándolos agentes de SATANÁS. La peste negra casi asoló Europa merced a que no había felinos para exterminar los roedores que la propagaban.

¿Por qué no devolvemos las calles a los gatos? Que atajen el problema de las palomas con su inimitable estilo. Que las autoridades velen por ellos, los cuiden de peligros y daños, castigando a quien los maltrate, y comprobamos su efectividad limpiando la ciudad (ésta, o la que se arriesgue con el experimento). Quién sabe; quizás solucionan la cuestión de forma ecológica.

Vuestro Scriptor.