Cubierta de HUGO BAUNHOFFER. Esta vez, DOC SAVAGE y sus CINCO COMPAÑEROS no salen de Estados Unidos, empero sí se desplazan más de tres mil millas |
Lo que más me ha sorprendido de este pulp de KENNETH ROBESON (alias de LESTER
DENT) es la chapuza que ha impostado el escritor, por lo habitual meticuloso, en
la narración, excitante mezcla de aventura audaz, crimen hampón, elementos de
corte sobrenatural y ciencia ficción. Sin ningún reparo podemos designar a
CLARK SAVAGE, JR., padre “putativo” de BOND, JAMES BOND; si no el literario, sí el
cinematográfico, pues el espía británico, como sigul de identidad, ofrece en
sus filmes una cantidad de artefactos miniaturizados dignos del arsenal que Doc porta en sus bolsillos o cinturón.
Empero repito: Dent descarga una cantidad
de chapuza en esta historia que casi deja anonadado. Doc está torpe, lento,
disperso. Enfrenta a un adversario, caracterizado con las facciones ratoniles,
alguna deformación física que le hace pariente de aquél marcado CAÍN de la
antigüedad, ergo miembro del Reverso Tenebroso de la Humanidad, y moviéndole por
submundos donde el más brillante argumento a esgrimir es un arma, blanca o de
fuego, que le da cien vueltas en ocasiones: BUTTONS ZORTELL. Astuto, sibilino,
cruel, y lo más peligroso: sabe predecir las argucias de Doc.
Lo empuja de tal manera a lo largo del relato
que no lo mata por los pelos. Porque ponerle en brete tal que, ni con todas sus
prodigiosas facultades al máximo el AVENTURERO SUPREMO podía superar el trance,
lo hace, al menos, en dos ocasiones.
LESTER DENT (o KENNETH ROBERSON) con expresión de duro detective consumiendo una pipa, o tal vez dos, antes de resolver el enigma |
A grandes rasgos, La calavera roja va de codicia y desfalco por parte de un socio que finge (no muy de puta madre magistral, encima) ser víctima de una entidad misteriosa, despiadada, capaz de fundir rocas (el elemento de ciencia ficción que venden primero como sobrenatural), que le aprieta las clavijas para que fracase en la construcción de un embalse que dará electricidad a no sé cuánta gente. Doc y sus CINCO FABULOSOS COMPAÑEROS acaban, por supuesto, desmontando el tinglado, consiguiendo que todos los conjurados de importancia paguen sus crímenes, que son bastantes.
Dent embrolla la trama de forma desconcertante;
sugiere no tener claro por dónde tirar. Ejemplo: cuando Zortell y sus
desharrapados secuestran a la atractiva secretaria de MONK y, cuando por fin
ubican dónde está la pobre criatura, ¡en vez de abocarse a rescatarla, Monk el
primero, Doc y sus socios se ponen a enmendar la saboteada construcción de la
presa, objeto de todo el jaleo!
En algún momento, Doc recuerda a la joven,
dedicándole varios minutos de su atención portentosa para procurar rescatarla;
aunque como sin parar le arrojan piedras e intentan liquidarlo de varios modos
(Zortell es un amo del crimen por méritos propios, y ha sabido untar bien al
personal para cubrir sus maldades), la cosa queda bastante complicada. La chica
casi como que acaba autorrescatándose, quizás como detalle al esfuerzo que
Savage y sus Compañeros estaban haciendo para impedir que abortaran la
construcción de la presa los sayones de Zortell (que es, en el fondo, máscara
que oculta al verdadero criminal). ¡Quién te ha visto, Doc!
Un momento gráfico glorioso del HOMBRE DE BRONCE; no creo le vaya bien tampoco hoy día |
En lo puramente literario, Dent cumple. Es
su firme prosa broncínea habitual la que nos lleva por este viaje de las tres mil millas, lejos del punto de origen de donde
Doc descubre es necesario. Falla la traducción que, tengo entendido, es de JOSÉ MALLORQUÍ. Algunas frases están construidas, o
traducidas, de modo tal o tan literal, que confunden; te ralentizan. Vuelves
una vez y otra a releerlas para entender qué cuentan.
Aunque sigue siendo propuesta honesta en su oferta: recreo. Llevado con la suficiente habilidad y elegancia como para comprender por qué Lester Dent está tan bien situado entre los entendidos del género, donde, sin embargo, la competición es dura, porque postulan nombres como LOVECRAFT, HOWARD o MAXWELL GRANT para encumbrar el podio. Sigo votando a Dent.