Voluntarioso afiche que trata de salvar lo insalvable. No sólo esta macarrada estuvo antes de MAD MAX. Hubo otras con más calidad y modestia |
Es producto propio de Década 70: catástrofe pesimista como la que reflejaron títulos como NUEVA YORK, 2012, CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE o EL ÚLTIMO HOMBRE… VIVO. Se compaginaban con distopías como ZARDOZ
ROLLERBALL, NAVES MISTERIOSAS, o LA CARRERA DE LA MUERTE DEL AÑO 2000. Todas esas superan por casi increíbleble
margen a esta desganada y bastante absurda cinta regida por JACK SMIGHT (semeja
alias) sobre la novela de ROGER ZELAZNY. Considerando que algunas adaptaciones
al cine suelen ser superar al original literario… ¡miedo da pensar cómo es
realmente la novela!
Quizás un embrollado rollo pseudopacifista reflexivo sobre la Guerra Mundial Terminal
librada por superpotencias empero impregnado del concepto de la Administración
EISENHOWER de que semejante conflicto sería como el bombardeo de Dresde, aunque
a lo bestia, con secuelas decrecientes en un par de años.
[Hoy sabemos que un intercambio nuclear
total/radical dejará daños por siglos. Y a saber cuántos lograrían sobrevivir a
un Invierno Nuclear más prolongado de lo que los primeros estudios aducían: un
lustro.]
Este conceto abriga una historia ceñida al
único argumento que existe: el viaje. Tanto el físico como el emocional que
sufren los participantes. Personajes planos bastante estereotipados que bordean
la desafección. A grandes rasgos, esta cinta es una payasada televisiva que, al
loro, hasta una pésima obra inefable como LOS NUEVOS BÁRBAROS supera (y soy consciente de qué ejemplo
pongo). Todo lo concentran en mostrar el poderío mecánico-metálico del vehículo
todoterreno-anfibio que atraviesa los Estados Unidos achicharrados por los
átomos (la Tierra Maldita, qué carajo; el Páramo sin HUMUNGUS asediando) bajo
un firmamento de perpetua aurora boreal.
[Este extremo pudiera tener aun base
científica. Una guerra termonuclear barrenaría la capa de ozono, quizás el
escudo electromagnético, permitiendo el paso a partículas del espacio casi
letales, y que se manifestasen de esta manera en el alto cielo drenado por
todos los vientos.]
Y cuando no es la máquina rodando por
eriales carentes de ruinas, es el macarra de la moto macarreando entre
escorpiones mutados gigantes (guiño al cine del difunto ROGER CORMAN y sus
filmes de insectos enormes radiactivos), o a GEORGE PEPPAR pre THE A-TEAM
afeitándose o a la tía groupie cuya única función parece esa: berrear. BILLY
resulta tener más cuajo y redaños que los dos entrenados soldados de Aviación
cuando los amenaza el hatajo de purriosos estigmatizados por la radiación
(supuse), logrando salvar el pellejo a todos.
Y, superado el trance: el vehículo. Por los
secarrales de romería hacia Albany, donde todavía emiten. No hay espacio, y eso
que sobran momentos, para elucubrar sobre las consecuencias de la guerra
nuclear. Ni incluyen un mal plano hasta dibujado de ciudades derruidas.
Esqueletos. Chatarra. Autopistas-cementerios colapsadas por los fugitivos a los
que sorprendió el Flash Fatal. Granjas donde astrosos caníbales medio
moribundos habiten aún. Lo habitual. Bascular entre la pelea con los rabiosos supervivientes
hambrientos/harapientos, embrutecidos por alguna doctrina sectaria, o la
desolación. Tras dos años a resguardo en el búnker, descubren que Norteamérica
es un camposanto de desnudos esqueletos insepultos. Lo limitan a la tontería de
Las Vegas habitada por la pulcra/nutrida superviviente que parece esperar cita en
la peluquería y estilista.
GEORGE PEPPAR como modelo del militar estricto y puntilloso... que sólo vale para afeitarse. Ante una auténtica crisis, un chaval le salva la vida |
Material desaprovechado por una miope
concepción del espectáculo, o quizás un recortado presupuesto que, no obstante,
un hábil director habría sabido desarrollar amputando intrascendencias como los
afeitados de Peppar, buscando la tensión dramática del choque entre el
militarista y el desertor. Su acusación de que militares narcisistas como
DENTON e irresponsables políticos hedonistas mandaron la Humanidad al cuerno dejando
esta herencia: polvo y sedimentos óseos.
Tampoco. Toda su protesta la centra… en macarrear con la moto.