viernes, 31 de enero de 2025

DIAMANTES PARA LA ETERNIDAD — EL BOND, JAMES BOND, MÁS NOIR

 

Otra cubierta del libro. A
resaltar el papel extraño, perverso,
fuerte, de las mujeres en estas
historias. Y turbulento. Porque,
si no lo son, acarician el sueño de
ser prostitutas de lujo como la
máxima aspiración de toda mujer

Invariablemente, para lectores como yo, merced al reflejo efectuado por el parásito real, el cine, la idea que tienes del personaje creado por IAN FLEMING es la del espía-ejecutor estatal con savoir faire, toque con la grey femenina y una impresionante suerte, además de hombre de mundo que las ha visto de todos los colores. Abreviando, nuestro Bond, JAMES Bond, es SEAN CONNERY, rudo/atractivo para las mujeres, el HeteroX que quisieras ser, auxiliado por cacharritos de pseudociencia ficción que agilizan mucho su labor de liquidador gubernamental de una amenaza internacional cebada por las siniestras siglas soviéticas o de un desquiciado multimillonario de ego desmedido que quiere adueñarse del planeta de mala manera, si no chantajea a las naciones con arma o ardid que les obligará a claudicar indefectiblemente.

Introducirse en las páginas de Diamantes para la eternidad, con la imagen de Connery y sus microaparatos, es llevarse una completa decepción. De ninguna manera el Bond, James Bond, de la novela es el de la adaptación al cine, que parece cuan anticipo de LA GUERRA DE LAS GALAXIAS. Esta novela parece propia de SAM SPADE o PHILIP MARLOWE, mejor LEW ARCHER (son casi contemporáneos). Caramba, hasta CAMISA NEGRA postulaba para protagonizarla.

Es obra de cínico private detective más que de sofisticado agente secreto con licencia para matar a sueldo de Universal Exports. Sorprende incluso cuando la comparas con DR. NO, o GOLDFINGER, donde están presentes los elementos habituales del personaje (M, Q, MONEYPENNY), aunque diferentes también a su retrato de celuloide. Nos es más familiar su entramado de espías.

El travieso y fumador IAN FLEMING. Ampliando
el comentario previo, y a tenor de sus preferencias
(S/M), ¿presenta una imagen real de las mujeres, o
 las idealiza, o son las que trataba? El mundo es
como lo percibes... y configuras

Diamantes para la eternidad es noir total. Hasta FELIX LEITER opera para Pinkerton, jubilado de las trifulcas a cargo de la CIA. Todo en Diamantes para la eternidad sugiere debemos ir despidiéndonos del espía Bond, James Bond, pues Fleming busca explorar otros confines mediante algún nuevo personaje que le resultase más atractivo. Eso… o quería demostrarle al lector que Bond, James Bond, tenía vida, una mayor e inesperada versatilidad, podía ser todoterreno, encarar distintos hitos saliendo todavía triunfante.

El problema para el lector actual es que Bond, James Bond, tiene su traza tan definida/asentada en lo espía, que desorienta verlo despegado de eso tan genuino suyo. La intención de enfrentarle a situaciones mafiosas no faltas de peligro pero distantes de una exótica organización mortífera comunista o adlátere que les imitase a modo, es buena, insisto, como repito que Bond, James Bond, es 007, dispuesto a hacérselo pagar a algún sádico canalla comunista que pretendiera destruir la democracia occidental.

Al final, lo han conseguido. El Soviet Supremo dejó un tenebroso heredero que ha minado Occidente subvencionando televisivos “partidos progresistas” de extrema izquierda, o sin más terroristas, ablandando/acomplejando además una cobarde caterva política amariconada (y excluyo a los HomoX) que ha tragado todos esos delirios izquierdistas por miedo a les tildaran de fascistas. Ahora están descubriendo el error, la tragedia. Cuando casi no tiene remedio.

Afiche del adaptación al cine con
el BOND, JAMES BOND, icónico.
¿Un anticipo de LA ESTRELLA DE
LA MUERTE sale en esta cinta?
De nuevo, empero, "se condena"
la homoX... aunque aceptándola
como algo natural y humano

Bond, James Bond, nace de una generación de decididos individuos duros que quizás no siempre supieron acertar, aunque eran capaces de aceptar al medir el peligro del oso ruso y su tregua. Estos actuales politicastros europeos sólo sirven para la pose y el discurso demagógico de postureo. El ecologretismo impostado. Los tres o cuatro que comprenden las cosas son apartados o vituperados por reaccionarios, impidiéndoles tomar medidas.

Detalle llamativo de Diamantes para la eternidad son los nombres de la banda mafiosa que contrabandea con los diamantes, de puro TBO. Es otra deliciosa ironía de la historia, que pese a no ser de espías, entretiene y mantiene el pulso hasta la última y pesarosa línea que deja al lector un taciturno y reflexivo Bond, James Bond.