viernes, 21 de enero de 2022

DARK ANGEL — VENIDO EN SON DE PAX PARA PEGAR TIROS

 

Colorista afiche para presentar
una película del actor que una
vez fue THE PUNISHER

Poco que exigir a un filme apenas por encima del telefilme como éste, protagonizado por DOLPH LUNDGREN, ese nórdico grandote que partió el alma a APOLLO CREED en ROCKY IV para luego recibir el palizón de su vida a manos del vengador reaganista: Rocky. La carrera de este señor, bastante irrelevante, ha sido similar a una montaña rusa, con algún título aspirando a buen posicionamiento, empero casi siempre nivelado en películas de bajo presupuesto y directo consumo de videoclub..

Sin embargo, Dark Angel tiene varios puntos que la dignifican, empero achatados por la misma factura de la cinta, que no pugnaba a blockbuster y para un público un poco saturado de buddy-movies, a imitación del único título en verdad bueno de la década: ARMA LETAL (licencia que empezó su decadencia asimismo tras su segundo título). En esta recta “final” de Década 80, todo lo importante parecían buddy-movies, unas más agraciadas que otras. Acaso sea ésta la que cierra la parte gloriosa del ciclo, ¿o lo es DANKO? (No: DOS DUROS SOBRE RUEDAS.)

Para desmarcarse de la conocida tónica (dos polis en los polos opuestos, que se enfrentan a un malvado de manual —más/menos currado, más/menos histérico-histriónico [TANGO Y CASH]— que les fuerza a unir energías, descubriéndose que sus antípodas conductas sin embargo tienen más elementos comunes de los esperados), Dark Angel muestra una amenaza alienígena (!) decidida a doparnos con heroína pura para sacar de nuestros sesos flipados endorfinas, lo que pone a los de ese planeta. Saca un frasquito de cada humano drogado; así que necesitaba hacer un apoqueclipse bíblico para obtener rendimientos tan brutales como los que cualquier narco saca con ¿una, dos toneladas de coca? (Un poco kármiko, este método: ¿cuántos animales podemos matar para hacernos unos exclusivos guantes?)

Una "santísima trinidad" avenida por la necesidad.
El guión, en vez de un desnudo, lo exigía. No acaba
de convencer, empero, la alianza. Muy... manida

Sólo importaba unir a dos policías antagónicos (el harryelsuciesco que interpreta Lundgren y el que encarna BRIAN BENBEN, un pijo-estirado federal que no duda en traicionar a su algo ácrata compañero para promocionarse, apelando luego a mentiras sobre el orden, la seguridad nacional y otras patrañas anejas que acaban explotándole en la cara) para que CRAIG R. BAXLEY, habitual de productos de esta naturaleza (e incluso creo de EL EQUIPO A), pueda lubricar la maquinaria del entretenimiento sin demasiadas complicaciones y un amago de calidad.

Ya está resumida/descrita por completo Dark Angel. Lo siguiente a destacar es el puñado de tiroteos y encontronazos con hampones (esos jodidos yuppies que parecían descartes de OCP) así como el perfil del narcoextraterrano (un tiarrón con una ametralladora que dispara balas nitroexplosivas, como la del policía extraterrano que acaba encontrando su rastro en nuestra sufrida esfera, y pone a Lundgren en antecedentes). Son elementos que procuran impostar interés a la película, que buscan se vea con agrado, soslayando el aburrimiento y el reconocimiento de los gastados tópicos, aunque rehúye por ejemplo las fuertes matizaciones sociales y el despiadado cinismo corporativo de ROBOCOP.

Una nueva droga para los humanos pero muy
buscada fuera de nuestra esfera azul: endorfinas.
Aun dentro de la ciencia ficción, no sé cuánto
de lógica tiene esta idea. ¿Los aliens se dopan
con nuestras secreciones glandulares? ¿Tanto
contactan nuestras biologías?

Acaso, como detalle auxiliar especulativo, resalte el que vengan de otro planeta a sacarnos las endorfinas. ¿Tan compatibles son nuestras biologías como para que algo nuestro entone a seres cuyas entrañas desgarradas semejan pegotes de pintura? Más aún, detalle que destacaría CARL SAGAN: ¿también la concatenación de fortuitos elementos que produjo a la raza humana se repiten en distantes planetas, creando seres antropomorfos? La ciencia va diciendo que las posibilidades no son ni mínimas-nimias. Ni siquiera remotas. Casi ni existen. Mas ahí les tienen ustedes…

Entiendo el motivo de su humanización: es un enemigo al que identificar y diferenciar. Familiar. Una polilla mutada, por sugerente que pueda parecer a priori, mostraría luego quizás complicaciones de aspecto o credibilidad que desharían la magia de una cómoda película de sobremesa, la descripción de Dark Angel.