viernes, 10 de noviembre de 2023

GANSTER SQUAD — POLICÍACO INCLUSIVISTA

 

Afiche. Contiene todos sus
elementos clave: el malo, la chorba,
el poli dudoso, el héroe incorruptible.
Lo siguiente; metraje racialmente
correcto y mucha sangre


Conozco algo de estos sucesos por las prolijas descripciones hechas por JAMES ELLORY (¡aclamad al autor!) en novelas como LA DALIA NEGRA o L. A. CONFIDENCIAL. Para empezar, el arresto de MICKEY COHEN fue de una normalidad hasta escandalosa. El DPLA se presentó en su casa, a la hora del desayuno, creo, y lo esposó. Esta película de RUBEN FLEISCHER describe una odisea a lo INTOCABLES DE ELIOT NESS aún más sanguinaria que parecía perseguir encajar en el mundo del noir THE MATRIX (tiroteos exagerados a su vez copiados del cine de hampones de Hong-Kong).

Admito la potencia visual que poseen dichas secuencias; empero tuerzo el gesto cada vez que veo una escena en que muestran profusión de casquillos golpeando el pavimento. Lo inventaron para The Matrix, estaba bien allí. Extenderlo no parece un recurso, sino una plaga. Ni siquiera homenaje, sino un afán de copia que delata mediocridad.

Otra cosa que rechina es el elenco multiétnico; informado por Ellroy, sabía que, por la época que refieren, el DPLA era esencialmente un organismo racista. Caucásicos duros partían cráneos y la pana a las minorías, mejicanas o negras, mientras realizaban según qué investigaciones. Por la época, asimismo, me sorprendió que eludiesen referencias al brutal asesinato de ELIZABETH SHORT, caso que tenía aún a medio DPLA pendiente de resolución, aún abierta.

La tentación viste de rojo (sigul de la pasión); no
es JESSICA RABBIT, sino la chica de COHEN y
a la que no convendría ni mirar. El poli dudoso
se arriesga, empero

He indagado un poco en Wikipedia (con la obvia prevención) y he descubierto que, sí, esta unidad existió; dio, de hecho, base a LA BRIGADA DEL SOMBRERO, que al contraste con la cinta de Fleischer es mucho más honesta sobre el momento y el carácter de una brigada de tales características. Tipos durísimos con claros atisbos homófobos y racistas que sólo las balas podían detener.

Existió… mas los autores del libreto se han tomado impropias libertades raciales con respecto al original; introducen a un agente negro y otro chicano. Hale, moralina de efecto inclusivo en una historia, en un contexto, que repudiaba tales mezclas. El mismo ROBERT PATRICK lo dice al presentar a su compinche mejicano; nadie quería trabajar con él por hispano. Me barrunto que esta Ganster Squad que acosó el imperio criminal de Cohen (todo un elemento, eso sí; no sé cuánto de real es la interpretación que SEAN PENN hace del sujeto) estaba compuesta por cuatro, o cinco, caucásicos duros de verdad que seguían, literalmente, o improvisando a su aire, las órdenes del JEFE PARKER.

Dejadme a mí solo que le parto la jeta a todos los
macarras de Los Ángeles; así de poderoso soy.
Te vaya bien, jefe, le dedica su escuadra

El filme sigue las pautas de Los Intocables y La Brigada del Sombrero, adicionándole algún elemento (la innecesaria inclusividad, para sin duda atraerse a los críticos liberales de limousina del cine) sentimental para que esto, en estos lamentables tiempos WOKE, no pareciese una exclusiva gesta de machotes y para machotes. Una familia, un romance, un agente que muere, un buen puñado de explosivos tiroteos, cerrado con un encarnizado enfrentamiento a puñetazos entre el expeditivo jefe del grupo y Cohen.

Quizás sea ineludible seguir esas trazas porque todas estas historias son similares; un ganster cobra relevancia mediante métodos violentos/salvajes, tocan al fin la fibra de alguien decidido a combatir fuego con fuego, recluta a sujetos convencidos de que el ojo por ojo es una política adecuada con según qué elementos, suceden inevitables bajas en ambos bandos, alcanzan un clímax que acaba en los tribunales. La vida misma, en resumen, aunque algo que no terminan contándote en el cine es que los malos, aunque encarcelados, siguen gobernando su imperio criminal entre rejas, cuando éste no lo hereda alguien con peores instintos que el depuesto.

Y todos estos socavaron el imperio de Cohen; por
supuesto, con métodos nada ortodoxos

Esta obra también vende, pese a su intención “realista”, la fantasiosa necesaria catarsis de que el Bien prevalece sobre el Mal, que termina con la barriga llena de plomo del calibre .45 o la cara partida por puñetazos demoledores. La realidad es otra cosa. Depresiva. Siniestra.