viernes, 23 de agosto de 2024

FLASHMAN — CORNUDO, BRIBÓN, CORBARDE, HÉROE

 

Chula portada a lo FRANK
FRAZETTA para encumbrar a
un vivales que, dada su cobardía
manifiesta... ¿cómo es que se
mete a soldado, participando en
los más candentes momentos
bélicos de su momento histórico?

Recordaba un trozo de metraje de este personaje de GEORGE MACDONALD FRASER y alguna que otra referencia leía acá/allá. El concepto “cobarde heroico” tiene una deliciosa contradicción que aproveché en LAS GRAVES PLANICIES. Gran parte del carácter de ÁLEX HIDALGO pertenece a HARRY Flashman. (¡Y eso que ayer acabé el libro!)

Será porque esos personajes comparten idéntico patrón con mínimos-nimios desvíos; ¿cómo son, en el fondo? Oportunistas o caraduras, bribón decidido a vivir bien haciendo el esfuerzo indispensable (o menos); de alguna forma acaba implicado en una vorágine de hechos relevantes donde el avatar le impulsa hasta la creta de la ola. Un Hada Madrina o Ángel de la Guardia obligados a trabajar muchas horas extras mueven los sucesos para que su protegido quede indemne y, encima, encumbrado por sus maravillados paisanos.

El flagrante ejemplo de Flashman.

Como hace ARTURO PÉREZ-REVERTE con el CAPITÁN ALATRISTE, creando un monumental mosaico-retablo de un hombre y su época, el tumulto de sus efemérides cotidianas, que le colocan en los momentos gloriosos, críticos, de madmáxima miseria, para contrastarlos con nuestro ahora y descubrir que nada apenas ha cambiado (mañas, heroísmos, canalladas, siguen tan bien de salud como hace quinientos años), MacDonald Fraser “le imita” (Flashman va primero, ¿vale?) y ubica al disoluto alumno de la escuela Rugby en una situación que le obliga, atolondradamente pienso, en el peor lugar donde un vividor de su laya pudiera estar: el ejército.

GEORGE MACDONALD FRASER en
su propia etapa bélica. Así que de la
materia castrense, algo sabía

Flashman empero se hace no sé qué cábalas sobre la oportunidad de lucir bizarro uniforme de teniente, darse unas cabalgadas aparentando por Rotten Row (y las camas de deliciosas damiselas), dándoselas de bravelón ante sus pares en el club de oficiales. Aunque en su regimiento el primero que le pone las pilas es el oficial BERNIER, excelente duelista, mas una tramposa añagaza no sólo salva su pellejo, ¡acaba siendo encumbrado por una aparente galante bravura por entero accidental! Tras esto lo destinan a la India, donde afirma labra fortuna.

Lo que más he resaltado de un libro (manuscrito por Flashman) que versa de un bribón cobarde sin honor (admitido sin empacho), “coronado” por su boba esposa, ELSPHET (y la que tiene los caudales en la familia Flashman, pues el padre de nuestro contra-héroe dilapidó manirroto la hacienda) es que Flashman destaca por gestos de auténtico heroísmo. No es el pillastre, estilo el BUSCÓN DON PABLOS, que de alguna forma se escabulle, alguien resuelve el entuerto, y Flashman abandona su escondrijo para atribuirse victorias que nadie puede contradecirle.

Flashman se comporta en Afganistán como lo haría cualquier hombre con una dosis de valor estándar; acometería trances superándolos o quedando despanzurrado por la lanza enemiga. Eso me extrañó: Flashman combate, no escapa cagado de todo feo asunto, de cualquier trance violento. En contadas ocasiones se esconde y acaba todo de manera que le glorifican, como ocurre en el Fuerte Piper, cuando Fors Fortuna le salva in extremis tras haber caído en posición equívoca que sus rescatadores malinterpretan.

Afiche de la película de 1975.
Hay otra más reciente. El 
encumbramiento del personaje
de nuevo a lo Frazetta. Por
cierto que esto tiene un aire a lo
BARÓN DE MÚNNCHAUSEN...

Esperaba de Flashman más villanía y donjuanismo, no tanta ...prolija novela pseudohistórica. Fraser usa a Flashman para criticar las graves incompetencias del Ejército inglés que lo exterminan, los modos/costumbres de 1842, describir iconoclasta (más que crítico) las ideas de grandiosidad o pompa que perpetúa la Historia por algún interés patriótico, pronto teñido de patrioterismo. Acorta la grandeza de algunos de esos contemporáneos tenidos por homéricos héroes, señalándoles de bravucones putañeros y borrachos en privado. Confiaba fuese más un entrañable pillo mujeriego que se metiese en numerosos malentendidos de los que cómicamente lograba salir, algo como la novela picaresca española, conteniendo una moraleja edificante al final. Aun así: la he disfrutado.

Resulta obvio que Fraser tenía grandes GRANDES planes para Flashman, una saga que siguiera desvirtuando los renombres históricos contemplados desde el cínico/cítrico humorístico del narrador, cuya arrogancia les tilda de tontos o imbéciles, encumbrándose él de paso.

viernes, 16 de agosto de 2024

MARS ATTACKS! — LA DE LAS COLIFLORES ALIENÍGENAS

 

Otro afiche (de tantos).¿De veras
es de fiar alguien con semejante
jeta? ¡Lleva la maldad y la traicióm
estampada en cada arruga facial!

No creo, a estas alturas, deba recordar lo de que TIM BURTON se basó en los satíricos cromos de los 50 sobre unos invasores marcianos con cerebro de nuez superdesarrollada y que, al parecer, criticaban así aspectos ultraconservadores de la Era EISENHOWER, glamourizados empero en películas como REGRESO AL FUTURO, donde suavizan más la crítica.

Primero, esos autores no tienen ganas de bronca; segundo, no les va; tercero, deben rentabilizar la inversión, que de eso dependería siguieran filmando películas o acabaran en un Burger King friendo patatas. Y viendo cómo de extraños, convulsos y complejos son los Estados Unidos de las Américas, especialmente en los últimos años, pisar un callo es muy fácil allí, aun sin proponerlo. Y más desde que impera la infecta Dictadura WOKE prejuiciosa, hostil contra todo lo caucásico y varón/viril.

[El WOKE es el neoMCCARTHYSMO; cualquiera a comienzos de Década 50 tosía al Senador, obsesionado con los comunistas. Llevó el delirio tan lejos-lejos, que Estados Unidos descubrió el abismo de totalitarismo y paranoia al que les empujaba y acabaron defenestrándolo. McCarthy es hoy día objeto de mofa. Pues al WOKE ya está en capilla con eso: sus absolutismos, prejuicios, delirios, fraca$o$, hartarán de tal manera que será inevitable la rebelión (iniciada, apuntan ciertos indicadores), y de feroz dragón cancerbero de los WOKISMOS y demás transmariconadas, se convertirá en carnaza de la peor parodia imaginable.]

PIERCE BROSNAN interpreta al científico listillo
de turno; la ciencia y sus resultados son maravillosos;
pero cuando te toca un experto oportunista de éstos
¡multiplican por miopía el peligro por mil!.

Burton no entra a barrenar con su barroca comedia de ciencia ficción de estos marcianos del melondro de coliflor verde a McCarthy, a FREDRICK WERTHAN, aun Eisenhower… prefiere atacar idiosincrasias culturales desmedidas de la población estadounidense. En este filme de protagonismo coral, descubrimos que los héroes que salvan de la hecatombe son lo más radicalmente opuesto a la imagen del salvador combatiente habitual; es de esas iconoclastas vueltas de tuerca que Burton imprime a sus trabajos.

Ridiculiza al que pudiera ser el Gran Héroe del Momento, el hermano del chaval que trabaja donde los dónuts, cuya familia tiene una terrible pinta de ser desestructurada. Apedrea al sueño americano de esplendor y lujos, pues habitan en una barraca con rasgos de estar apiñados. Llama la atención sobre el hermano hercúleo que monta/desmonta el rifle en tiempo récord para orgullo del gárrulo papá… mas cuando aterriza la armada marciana, le encargan una minúscula tarea marginal. No hay heroísmo ni primera línea de combate donde la muerte le alcance de tal modo que el más inspirado NORMAN ROCKWELL le inmortalice en una vibrante pintura.

Otro que igual  baila; el oportunista político que
ofrece una alianza de co-gobierno global a un ente
que sin tregua ha dado muestra de su capacidad 
para traicionar. Y acaba pasando lo consecuente.
La primera ley del político: sobrevivir yo a toda 
costa; eso hace este Presidente

JACK NICHOLSON encarna varios papeles, como el del Presidente, preso se indecisiones de cómo proceder, aconsejado por militares que ocupan los extremos del espectro, desdeñando los ¡aclamados! grises tan queridos por la progresía. Acierta más el militar beligerante sobre cómo tratar a los invasores (que enseguida manifiestan sus auténticas intenciones; lo de la paloma es mero pretexto —cualquiera hubiera servido— para desintegrar gente), pero el militar pacifista (no sé si el ser negro es casualidad, o lleva secreta puya crítica; algo como: prejuzgan a los marcianos por ser verdes; y se esos prejuicios raciales sé un wevo) es el que bien la caga con sus postulados “buenistas”. Tarda demasiado (como WOKEprogre) en entender que con cierta gente ningún diálogo vale, sino garrotazo y tentetieso.

En resumen, la moraleja que incrusta Burton en esta (a veces) siniestra producción, donde los auténticos protagonistas son los marcianos y sus artefactos “a lo años 50”, propios de la locura postsucesos de Roswell y todo eso de los platillos volantes que ED WOOD explotó en PLAN DEL ESPACIO NUEVE (o como sea), es que el heroísmo y la victoria brotarán del punto, persona y momento más inesperado; el Mesías es aleatorio, y, como PAM GRIER demuestra al final, finalizado todo, lo doméstico volverá a dominar nuestras vidas; empezará por barrer los escombros, junto con los tóxicos oportunistas postureos progres y anejos.

viernes, 9 de agosto de 2024

CUANDO EL DURMIENTE DESPIERTA — BÓVEDAS DE EADHAMITA

 

Portada foránea. El ideológo
socialista GRAHAM encarado 
al fruto de sus especulaciones,
maldad que encarna OSTROG,
quien cuan pudremita ilusiona al
pobre populux sólo para obtener
una situación vital privilegiada

El verdadero sesgo ideológico de H. G. WELLS logra desconcertarme. Siempre destacan su fabianismo (una especie de socialismo amable), cultivada por su entorno y experiencias personales. El visionario Wells podría ser como el CHARLES DICKENS de la ciencia ficción, o la anticipación, más empeñado en ver qué efecto tendrá la ciencia en el Hombre que JULES VERNE, el Gran Maquinista, prelado del poderío del acero, ¡MÁS ACERO! remachado por doquier del Nautilus y el empuje del vapor en otros de sus conocidos artefactos, y para quien el valor del Hombre estaba limitado a poder glosar sobre esos espléndidos avances. Hasta ser cuan reverente siervo.

‘Afean’ a Wells que, distinto a Verne, esboza apenas sus máquinas; deja a la imaginación del lector su diseño, forma, color, etc. En esta ocasión, eso le beneficia, pues GRAHAM, oriundo de las postrimerías del XIX, sólo puede explicarse los inventos y avances que contempla con los inadecuados o incorrectos términos que conoce. Verne en cambio era prolijo en todos esos detalles. Podrían funcionar más/menos en la vida real. (La apenas explicada máquina del tiempo está aún por desarrollarse, si alguna vez lo logran. Y dudo mucho adopte la forma de un DeLorean, por romántica que sea la idea.)

La Sociedad victoriana de Wells sigue arrastrando las desgracias sociales que reflejara Dickens en sus mordaces novelas sobre la austeridad y la miseria, las casas de trabajo y orfanatos “de su tiempo”. Atisba cambios en el horizonte (el empuje del comunismo, cuya convulsión estremece Europa, aliada a los ácratas y sus atentados a monarcas o grandes autoridades, prometiendo una dictadura de los trabajadores donde sus Capitostes serán “más iguales” entre sí que el resto) y Wells confía esto ayude a sanear los miserables barrios londinenses, la educación pública sea de calidad, los médicos atiendan a todos y no sólo a elites acomodadas clasistas/sectarias.

Pose contemplativa de H. G.
WELLS;  quizás por esta época
empezaba a cuestionar sus creencias
políticas socialistas. Por cierto,
sospecho que SAN ISAAC ASIMOV
copió la idea de este Londres techado
para su
BÓVEDAS DE ACERO

Sin embargo, cuestiona todo el ideario de igualdad-hermandad-reparto equitativo-bondades estatales (más/menos, nuestro actual estado del bienestar, tan en peligro) con esta novela de 1899 que, por una frase, se sugiere secuela de LA GUERRA DE LOS MUNDOS. En sus páginas, Graham, teórico radical socialista, sufre una singular patología que lo sume en un asombroso coma. De irónica forma aun rocambolesca, hereda una fortuna, sus hábiles testaferros la gestionan mientras duerme sin observarse deterioro físico claro, y tras doscientos años acaba poseyendo la mitad del mundo.

Los testaferros, so pretexto de vigilar los intereses del divinizado Durmiente, durante esas décadas han gestionado, comprado, controlado, tantos medios y empresas como han podido para garantizar tanto su supervivencia como dominar el planeta. Transformado el Durmiente en suerte de icono pseudorreligioso, en su día de “veneración” el populux puede verle dentro de su urna antibalas y “adorarle”, ofrecerle sus plegarias.

Despierta de pronto Graham en un Londres comienzos siglo XXII techado, amurallado, alumbrado por la electricidad producida por molinos eólicos, mecanizado a grandes extremos, capital mundial. Wells es, en esta novela, más precursor de nuestro presente que en ninguna otra de sus obras. Perfila las redes sociales, teléfono, televisión, cines, Propaganda estatal orwelliana, aviación. Relata cómo OSTROG, cabecilla sindical frustrado por no haber sido elegido Consejero del Consejo, lo derroca aprovechando el sesgo mesiánico que el populux ha dado al Durmiente, el Señor, el Rey. Usa las carestías del gentío como ariete. Lo arma, sugestiona, manipula, como a Graham, que ve a tiempo cómo este “benefactor” socialista pretende el stalinista poder absoluto para crear su propia Casta dirigente. El Durmiente despierta dos veces: una, de su coma; otra, de sus irrealizables ensoñaciones políticas.

Pasmosamente, esta predicción
que contiene el libro se cumple
también. Wells refiere que hay una
versión filmada de este relato de
RUDYAR KIPLING. Y, ahí está

Wells podría ser socialista, pero advierto recelaba enormemente de sus líderes y apóstoles (la miseria que sufrimos hoy en España). Detesta el capitalismo que conoce por sumir en la penuria a la masa, aunque atalaya que quienes prometen sacarlos de la mugre no lo harán movidos por su mismo sentido moral de la decencia, sino por ambición personal, rapiña.

Cuando el Durmiente despierta es novela depresiva, triste, premonitoria, donde la esperanza de una vida mejor es mera ilusión, y que, como otras, asume que la verdadera utopía está en conseguirla. Pues, ya lograda: ¿cuánto tardará en pudrirse?

viernes, 2 de agosto de 2024

SNAKE EYES — TRAMPOSO TRUMP

 

Afiche. El karma te la tiene 
preparada, RICK. Vas pensando
en forrarte con tus trapicheos...
y acabas envuelto en un complot
donde te toman por tonto

RICK SANTORO, policía corrupto de Atlantic City, trapichea por el fastuoso escenario inflamado de un combate de boxeo que resultará marco de un complot de asesinato. Un Senador suspicaz con un programa de defensa acaba agujereado justo cuando una alarmada empleada íntegra de la empresa encargada de crear un sistema de defensivo infalible le notifica cómo le han embromado con estadísticas falsas y pruebas amañadas.

El encargado de la Armada de proteger al Senador eligió de soporte local a Santoro, viejo amigo, porque sabe es corrupto, maleable, sobornable. Eso acaba descubriendo Santoro durante la investigación del crimen. La frustración, la ira, la ofendida dignidad restante, hacen de Santoro lo inesperado: actuar como debe, desconcertando a DUNNE, quien, como todos los canallas, apela al patriotismo (o al nazionalismo, ya que estamos) para justificar sus actos/ganarse a Santoro.

Ricky, el sistema de defensa sólo necesita algo más de tiempo, ajustes… e inyección de capital estatal para terminar funcionando. El Senador era un obstáculo. Rick otro, si decide no colaborar patrióticamente. De todos modos, Santoro intuye que su existencia peligra, por todo cuanto ha ido descubriendo (la espiral conspirativa alcanza lejos/a numerosos implicados). Como sea: lo dejarán listo de papeles esa misma velada.

BRIAN DE PALMA rueda la historia apelando a otro querido argumento de la ficción: el mal hombre bueno que repudia un extremo de corrupción obsceno hasta para él. Planta ahí la barrera, y jamás la superará. Sin importar el coste. El Gobierno materializa las amenazas de Dunne: destruye a Santoro enjuiciándolo por corrupción, y de héroe que desvela una tremenda conspiración, pasa a ser paria perseguido por los medios.

Los amigotes están para algo, debe pensar el
oficial DUNNE, complacido viendo la payasesca
actuación de su involuntario corrupto cómplice

El Poder no tiene sentido del humor o la dignidad, no como Santoro, quien pierde el mundo, salvando su alma a cambio. Esa es otra corrupción examinada en la cinta: cómo explotan los sentimientos de camaradería y patriotismo de un abnegado oficial. Unas cuantas hábiles palabras, mostrarle que el sacrificio exigido no sólo es tolerable, sino deseable, y convierten a un hombre honrado en un perverso elemento cuya vida queda tan comprometida como la de Santoro.

Porque estas conspiraciones son así; Dunne supone un fleco que convendría cortar, pues un día descubriría los tejemanejes sin escrúpulos del industrial, que no busca crear un cohete infalible, sino enriquecerse gracias al Gobierno, las víctimas. Me prostituyo para conseguir ese Arma infalible, ¿y descubro que el tío es un bastardo ladrón? Yo, ¡confieso! Ese sentido del deber que le hizo asesino le impulsará a delatar. Una Administración plagada de corruptos en altos niveles, que quieren su tajada del presupuesto, no puede permitir semejantes cruzados de ningún modo.

No es casual que la dama de bianco vista ese color;
es si sigul de la decencia en este turbio asunto...

Para desviar astutos recelos, escogen como ejecutor a un agente de ascendencia árabe, al cual sacrifican. Los Estados Unidos tiene en el Mundo Islámico un implacable enemigo, y sería por tanto natural que un moro abata a un político estadounidense de tal nivel.

Snake Eyes parece hablar del futurible Presidente de los Estados Unidos de las Américas. DONALD Trump sufrió hace poco un atentado… sobre el cual crecen constantes dudas y sospechas. La herida no resiste una prueba forense. Del atacante sólo sabemos paseó por las azoteas con su panoplia en ristre; no hay informes sobre motivaciones, políticas, morales, o religiosas, que le impulsaran disparar sobre el inefable candidato desde ciento veinte metros de distancia con un Arma carente de esa precisión. Sí sabemos que, de inmediato, el ensangrentado candidato sale puño comunista en alto pidiendo pelea. Pero su herida (un rasguño) empieza a parecer autoinfligida, la sangre de películas incluso...

,,,en oposición a esta dama de rojo (color de la
pasión, advertencia de la sangre a derramar), la
embaucadora puesta ahí ex profeso para liarla

Estas cosas enseguida resbalan a lo conspiparanoide, y más cuando los elementos en danza permiten acumular recelos, sospechas, dudas. (He descubierto que, cuanto más absurda una conspipa, más real puede ser. Y más, cuando el Estado pone intenso empeño y “pruebas” para reforzar la “investigación oficial”.) Trump es de tal caradura-catadura moral que puede haber forjado este atentado para enardecer un fanatipolarizado electorado (de nula capacidad para cuestionar, además), y garantizar su triunfo. Faltó el moro, quizás por pensar ya sería demasiado evidente; no obstante, siempre hay un moderno LEE HARVEY OSWALD cuyas motivaciones siguen fabricando.

Trump tiró los dados; esperemos salga snake eyes.