sábado, 19 de agosto de 2023

RUTA SUICIDA — ¡REIVINDÍCATE, FRACASADO!

 

Espectacular y épico afiche de
FRANK FRAZETTA (que no era
virgen en esta materia, por cierto).
Apoqueclíptico en la esencia de la
visión barbárica del ilustrador

Dando un giro más iconoclasta a la figura monolítica del policía-justiciero que encarnara en DIRTY HARRY, CLINT EASTWOOD presenta ahora a BEN SHOCKLEY, un agente alcoholizado, fracasado, cínico y convencido de su propia mediocridad, hasta el extremo de hacerle un incompetente, que deja pasar días y turnos sin que llegue ese caso estrella que le catapulte a la oficialidad de la Policía y le granjee titulares. Sólo cuenta cumplir los años hasta pedir el retiro y luego, imagino, convertirse en uno de esos expasmas estilo novela de JAMES ELLROY con una adición tóxica que acaba por convertirlo en una piltrafa de lo que, en algún momento, fuese la prometedora/competente ejemplar figura del orden. No este desaseado borrachuzo.

Y ¿qué le ocurre al acabado Shockley? Obtiene El Caso. De manera no fortuita, aunque lo finjan, ¡lo recibe! Su superior, un áspero comisionado con demasiadas cosas siniestras que impedir vean la luz, le insta extradite desde Las Vegas a Phoenix a GUS MALLEY, delincuente sin importancia para testimoniar en un juicio aún menos trascendente. En todo momento, BLAKELOCK remarca que Shockley es un fracasado sólo digno de encargos insignificantes. Tiene una única virtud: termina lo que empieza. (Parece que lo único que últimamente acaba a fondo son botellas de Jack Daniels.)

Malley resulta ser una pecatriz de lujo sentenciada para que no declare. Siendo Shockley pérdida asumible, puede caer también en la refriega; tendrá un honroso funeral oficial y sanseacabó. La muerte de Malley puede atribuirse asimismo a la incompetencia alcohólica del inepto policía. Blackelock cree tenerlo todo controlado. La Mafia (y la copia de pasmas corruptos que representa el comisionado) pueden estar tranquilos. Esto, en un par de horas, resuelto.

GUS MALLEY... el encargo sin importancia en
el juicio intrascendente; Tiene redaños de sobra 
cuando fallan las hígados de SHOCKLEY

Empero Shockley se revalida; algo en su interior se remueve, revuelve, devolviéndole el fulgor de los sueños pretéritos de gloria y respeto por sí mismo y la imagen que proyecte al público. El codiciado agente ejemplar. Sus años de servicio le socorren. Recela, acaba creyendo las objeciones de Malley, que hacen trajine su materia gris Grey, adormecida por la sensación de fiasco y alcohol, y consiguen lo imposible a fuerza de asaduras.

Ruta Suicida se encuadra en el desencanto general que supuso Década 70 para el ancho mundo y, sobre todo, Norteamérica, impregnada de cintas de cine catastrofista y ciencia ficción donde la distopía premadmaxiana marcaba enérgica. CHARLTON HESTON ya noqueó con EL PLANETA DE LOS MONOS y, en Década 70, con CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE, por citar otro buen ejemplo de ese aire de ruina inminente característica de esos años, repitió hazaña.

Tras un millar de vicisitudes y demás violencias,
el inútil que podía ser desechado junto a la víctima
de policía corrupta y Mafia cumple su misión. La
verdad es que lo del tiroteo del autobús tiene
demasiado de incongruente; un resbalón serio en
la búsqueda de un épico impacto para el público

Ruta Suicida es también elíptico homenaje a GRUPO SALVAJE (destacados tiroteos que recuerdan a ese crepuscular western) y, contextualizando, debe contemplarse el filme en conjunto y simbiosis con el depresivo sentimiento de la década. El Escándalo Watergate, relativamente fresco aún en este 1977, se suma a la humillante derrota en Vietnam. EE.UU. pierde la virginidad respecto a lo que supone la figura del Presidente: descubre no es sujeto elegido por Dios por alguna extraña taumaturgia para guiar al país al progreso. Puede ser un delincuente. La policía también la componen corruptos en todos sus niveles. No es Dragnet, o cualquier serie televisiva similar, donde semejaban sacrificados caballeros andantes obligados a comportarse con brutalidad con infames criminales para que las niñas llegasen intactas a casa y siguiese incólume la idea de la familia estadounidense a lo lienzo de NORMAN ROCKWELL.

Shockley se integra, por tanto, a la larga lista de antihéroes que marcarán el decenio para alcanzar la glorificación durante Década 80. Así debe apreciarse este… western policíaco, con esa influencia global de factores psicológicos, sociales, ambientales, políticos.

[Así es como los buenos escribimos reseñas: esperando tenerlo todo presente.]