Portada del nº 1 (de 5). Dibujada por MARK TEXEIRA. EL PEREGRINO: pocas tonterías con este hombre |
GARTH ENNIS rara vez defrauda. De un modo
u otro, bajo su férula logra girar la tuerca de la situación que, por tópica
que sea, se vuelve bruscamente inédita, o lo suficiente de nueva como para orillar
lo original. Los grandes hacen eso, pues son conscientes de que nada virgen
queda por contar (pues sólo existe una auténtica trama: el viaje), y se esmeran
en narrar, pues, algo en lo logren sentirse cómodos.
Esto se nota en el especial deleite que
el lector experimenta tras terminar la historia. En efecto: descubre siete mil
influencias que, a su vez, son eco de otro relato, más o menos conocido. Pero
el autor las encajó de tal forma que generaron algo quasigenuino. Al tiempo, la existencia de las referencias ayudan al
lector: lo sitúan. Pisa terreno familiar.
Y en Sólo
un Peregrino Ennis muestra qué intensa satisfacción le produce la fábula.
La desenvuelve con soltura ante nosotros, esperando la paladeemos. Ennis es
autor que siente ‘predilección’ por los arquetipos de fuerte carácter. El
arquetipo tiene el ‘defecto’ de ser un ente unidimensional impulsado por
estereotipos.
El peatón del fondo del océano Atlántico, desecado tras el fuego; sólo tiene un amigo, y le basta. Estando Dios con él, ¿a quién va a temer? |
Muchos westerns previos al spaguetti
western los protagonizan figuras arquetípicas que, como robots, obedecían
criterios sociales tradicionales impostados al héroe: noble, generoso, con
envidiable sentido de la justicia y la mesura, de la fuerza y la violencia.
Convencido heteroX casto, se reservaba para la no menos virginal novia, otro
modelo cultural de pureza y de lo que esperaban de las jovencitas casaderas.
El PEREGRINO que Ennis “dibuja” (aunque
su torva faz nos la muestre nuestro CARLOS EZQUERRA) es sujeto de una pieza.
Sin grises. Todo es (y debe ser) blanco o negro para él, y tal tratamiento
aguarda recibir. (Tal vez porque si demuestran compasión por él, se
desconcertaría; se tambalearía, y acaso, descubriría su vacío interior, y todo
su Universo colapsaría. ¿Qué sería de él, entonces?) Resume un puñado de
estereotipos de Supervivientes del Máximo Estrago que las últimas décadas hemos
“conocido” para nuestro solaz.
Siempre habrá gente desvalida, como el grupo en que viajan los SHEPPARD. Atención al joven BILLY; a la postre, será un revulsivo para la conciencia del inflexible Peregrino |
Pero Ennis lo dota de pequeños matices
que lo hacen, si no único, sí diferente. Llamativo. Tuve la suerte de leer,
consecutivamente, Sólo un Peregrino y
XENOZOIC TALES (o CADILLACS Y DINOSAURIOS). La grieta
entre ambas obras es enorme, y permite valorar los estándares culturales de
cada autor y cómo influyó el ambiente en ellos y su trabajo.
MARK SCHULTZ, que va exhibiendo un
creciente dominio del dibujo en cada número de Xenozoic Tales, procede de un ámbito estadounidense caracterizado
por ciertos tópicos culturales que su cine, potente maquinaria de su
Propaganda, muestra con recurrente insistencia (derecho que poseen; para eso lo
financian). Expone en el protagonista, JACK TENREC, un conjunto de esas
“herencias made in USA” originadas en
sus mejores convicciones.
A modo, Tenrec es un antihéroe. Otro
individualista (la gran querencia americana) que va ligeramente contracorriente
de lo establecido por un Poder moteado de corrupción. Como todo buen cowboy, Tenrec ama la Naturaleza. Es un
paladín de DANU, esquiva cuanto puede su papel de héroe solar.
La posesión más valiosa de Billy es su diario; nos aproximará a la imagen del Peregrino desde el aspecto de un icono incorruptible, una leyenda necesaria a esa edad temprana |
Pero aguarda que emerja del Máximo Estrago
una fuerte, enmendada y norteamericana Sociedad. Lo cree posible. Es el MENSAJERO DEL FUTURO entre dinos.
Schultz esboza los rudimentos de un
convencimiento nativo que a los cínicos europeos nos parece ingenuo.
El unidimensional Peregrino de Ennis no
espera nada. Ni la resurrección. Su alma es un abismo sombrío para la que lo
únicamente importante es llegar vivo a mañana y contarlo, el día-a-día sin más
objeto que cumplir la (misteriosa) voluntad de Dios.
Ennis así empieza a desdoblar al
Peregrino. Lo emplea para cuestionar, bromeando un poco, a los fanáticos
religiosos, a los que descubre como almas perdidas, necesitadas de una poderosa
áncora externa, pues nacieron anímicos de ánima. El Señor parece buen combustible
y refugio.
Merece nuestra atención la labor del español CARLOS EZQUERRA, que aquí plasma otro personaje indomable |
Schulzt no puede incrustar ese cinismo
europeo a Tenrec, otro sheriff que
combate una dominante Corporación Contaminante malvada, y que es incapaz de
cometer el acto de brutalidad excepcional necesario para ganar, cosa que si
dudar haría el Peregrino.
Acaba siendo Tenrec, personaje lleno de
facetas y cualidades, el unidimensional, el acartonado. El Peregrino, de
entrada plano, sólido, monolítico, empero guarda muchos terribles secretos que,
parafraseando algo bíblico, lo semejan a un metal fundido en un crisol de
penalidades y cuyas impurezas emiten reflejos varios a la espada que es ahora.
El Peregrino es hombre de
pensamiento/acción. Y en un mundo donde el Máximo Estrago lo originó El Fuego
(el Sol se expandió desmesuradamente y abrasó la Tierra —anticipo de la
catástrofe-clímax de SEÑALES DEL FUTURO—),
la vacilación equivale a extinción. Exige un temple anímico especial del que
Tenrec carece. Pese a sus brujuleos, Tenrec tiene un hogar que lo impregna de
valores, positivos o no.
CASTENADO, el terror de los fondos oceánicos, se enfrenta, al fin, al terror de los bucaneros de los fondos marinos |
El Peregrino recorre el fondo del
desecado océano Atlántico ejecutando, implacable, la (Misteriosa) Obra del
Señor. Esta vez, terminar con la banda de salvajes bucaneros del atroz monstruo
lisiado CASTENADO, mofa sádica del CAPITÁN GARFIO de PETER PAN (que, quizás, sea trasuntado por BILLY SHEPPARD, chaval
de diez años y medio deslumbrado por el expeditivo carácter del Peregrino.)
Ennis no expresa abierta duda, o crítica,
por Dios, sus Misterios y Designios, o la Biblia en concreto. Permite lo
decidamos. El de Belfast creció en un ambiente dominado por la irracional
violencia terrorista y fue testigo de las facetas más negras del Hombre.
Schultz, no. Por eso sus personajes son tan radicalmente antagónicos.
La marca del Peregrino: la extinción cierta del pecador |
Tenrec aún cree en Dios. Ennis, no. O Lo
cuestiona. Pregunta: Por qué señor, todo este dolor e injusticia. ¿De veras
consuelas y amparas? Afirman que eres Bueno-Bondadoso-y-Omnipresente. ¿Por qué
consientes toda esta maldad? Y, como el Peregrino constata, la respuesta del
Altísimo es una intolerante (y Misteriosa) orden: No cuestiones. Cree. Después,
todo será revelado. Una eternidad de placer vale el sacrificio de una pequeña
vida de dolor. (Pero, ¡qué larga se hace esa existencia, bajo esas
condiciones!)
No. No necesitamos este Dios. Y es lo que
Billy termina enseñándole al Peregrino, una revelación que puede amenazar la
firme integridad de sus radicales convicciones…
Vuestro Scriptor.
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