viernes, 15 de marzo de 2024

JAZZ BLANCO — B*R*U*T*A*L

 

Portada de tantas que hay. El
aventajado "alumno" de ROSS
MCDONNALD concluye su
explosiva Tetralogía de Los
Ángeles con esta novela

Una destacable característica de las novelas de JAMES ELLROY (¡aclamad al escritor!), es que incluyen una lección de Historia sobre Tinseltown y sus asombrosos vericuetos de corrupción y delito. Traspasa el ámbito habitual de esta literatura, ceñida al crimen. Retrata sus numerosos niveles, incluyendo la homofobia y el racismo como elementos hasta decisivos de ese gigantesco decorado rodado por Hollywood. Añade el jugoso cotilleo del glamouroso mundo del oropel y las lentejuelas de los grandes estudios y sus fulgurantes estrellas, creando una colosal simbiosis entre la policía, la política y el delito.

Ser hoy astro y mañana escoria dependía del capricho de un abusivo directivo de estudio, o un escándalo sexual. Eso sigue igual; empero la distancia en los años y el cuidado como procuraban presentar a las estrellas, avalados por campañas publicitarias que aupaban o hundían con idéntica premura o diligencia, hacen que parezca cosa impropia de una ciudad y un mainstream que generaba falsas imágenes soñadoras de otra-realidad donde quisiéramos despertar. Todo níveo, regulado, sin pasiones abruptas, buenos vecinos.

Retrato de una Patriótica Norteamérica Protestante, Blanca, Conservadora, medidamente xenófoba, que apenas tolera(ba) a los negros e hispanos y podía permitirse mirar con altivez a diversos países europeos. Cultivaba su supremacía aprisa; delineaba el asalto a la Luna mientras se embarbascaba en Corea, calentamiento a Vietnam (como refiere GRAHAM GREENE en EL AMERICANO IMPASIBLE) y sostenía el colosal pulso contra la Amenaza Roja. Complejo país, carcomido por miserias que cada día le costaba más Más MÁS ocultar.

JAMES ELLROY sonriente. Un
escritor tardío pero de profusa
producción, obsesionado con la
historia de su ciudad y, cómo no,
LA DALIA NEGRA.
No, Ellroy no es poetastro gótico
bujarrón quejica niño lloreras que
así cree haberlo hecho ya todo.
Este hombre trabaja en firme

Ellroy las desnuda sin compasión pero no por un afán de morbo, sino de desmitificar una época que se hacía más daño al vivir en ese embuste de Hollywood, uno atacado a partes iguales por el FBI y una prensa amarilla que sí quería desgarrar las entrañas del negocio que la alimentaba. Piensa que, mostrando la carnal mortalidad de esas falibles figuras, las obligará a ser honestas consigo mismas y los demás, ajustando las lentes de la percepción, aceptando nuestras limitaciones, confiando podamos superarlas.

El reino rutilante que ocultaba la homoX de ROCK HUDSON o el sadomaso de JAMES DEAN le parece hasta injurioso; creó unos mitos irreales donde la gente anheló reflejarse, negando la dolorosa realidad de su imposibilidad. La puta perra vida: se encarga de tirarnos al fango desde este idealizado pedestal de nuestra concepción. Y eso duele.

De cuantas llevo leídas, Jazz Blanco, colofón a la Tetralogía de Los Ángeles, es la más brutal. El protagonista, un teniente corrupto del LAPD, asesino a sueldo de SAM GIANCANA, como antes lo fuera de MICKEY COHEN, empieza siendo sujeto sin escrúpulos, aunque con leves accesos de remordimientos y profesionalidad. Acepta la podredumbre que lo roe (el deseo incestuoso de poseer a su hermana, MEG), que intenta anestesiar con las conductas delictivas, racismos, homofobias de baja intensidad, codicia.

Y ¿qué tenemos aquí? ¡Si ficha 
policial de juventud! Menudo era
de joven... según confiesa en
 la
biográfica MIS RINCONES
OSCUROS

DAVE KLEIN es producto de su época, personaje fascinador por sus grados de corrupción y en cuyas garras temerías caer. Envuelto en la lucha de poder por la fiscalía, entre demócratas y republicanos, y sabedores sus superiores de su pertenencia al Reverso Tenebroso, uno y otro bando procuran explotarle en su beneficio. Klein sin embargo encuentra ese punto de inflexión (los traficantes de drogas armenios, que le tocan la fibra y él mismo ignora el motivo de tal animadversión; el amor que brota entre él y una actriz de segunda fila) y empieza a ascender, aunque el gigantesco lastre de su vida delictiva es un peso tal que sigue tirando de él hacia el légamo pútrido del que viene.

Hipocresía, ambiciones, delito, explícita violencia cruda, contiene esta eléctrica novela de poderoso lenguaje literario “a martillazos”, donde consta aun una velada referencia a VAMPIRA, ED WOOD y BELA LUGOSHI, mediante la recreación de una ínfima película al estilo del inefable director mas financiada por Cohen, futuro confidente del FBI.

viernes, 8 de marzo de 2024

REGRESO AL FUTURO III — EL ESPACIOTIEMPO ES DETERMINISTA

 

Afiche, DREW STRUZAN de nuevo;
el fin, al fin. La verdad, esta cinta es
bastante prescindible. El que sea la
que cierra la saga no tiene fuerza para
volverla a ver

En internet hay una maliciosa nueva sobre una cuarta entrega que ya no protagoniza la pareja que inmortalizó el proyecto durante Década 80. Confío nunca materialicen esta amenaza, porque apilarán otra inmundicia WOKE, sectaria “ideología” progre-censora que está logrando dejar en pañales al mccarthysmo. El miedo domina a la Cultura.

Política fuera, reseña dentro.

La única forma de tolerar esta accesoria parte de los Regresos es asumiendo que el Universo se guía por sólidas reglas deterministas inamovibles pese a la impresión de que podemos trastearlas cuando conducimos un DeLorean tuneado como máquina del tiempo y hacer que ciertos sucesos “que no iban a ocurrir” transcurran finalmente.

Toda esa insistencia de DOC BROWN porque MARTY MCFLY no meta la pata al tocar la guitarra de tal modo que anime a ‘encontrar’ a CHUCK BERRY el supersonido que andaba buscando, lo de Twin Pines que se vuelve One Pine, la matraca del almanaque deportivo… es farragoso palabreo que pergeñan para que haya una película que rodar, dinero que ganar, crear un mito cinematográfico, oportunidad para cebarme con la cinta en esta reseña... como en el Principio quedó establecido invariablemente.

Regreso al Futuro III es entero apéndice prescindible que, consideraciones filosóficas aparte, tiene débiles razones de ser. Mientras se mantuvieron en Década 50, la cosa tenía su aquél, motivación; empieza a racanear la imaginativa calidad durante la segunda parte, aunque de una forma digna se las apaña para mantener el tipo. Embromarnos. Sin embargo, esta tercera… ¿qué fin rinde?

El trío protagonista, porque los romances que los
dos buenos sostienen son asimismo accesorios,
bonitos bibelots para hacer más para parejitas el
proyecto

Sí, ya; Marty regresa a 1955 y deben sacarlo de allí y todo eso. Es el ánima de la saga. Mas, examinada con crudeza: ¿vale para algo más que para idearse varios chistes a costa de CLINT EASTWOOD y POR UN PUÑADO DE DÓLARES? Porque hay detalle capital y sucinto a la trama en que sus responsables parece no repararon. Eso es: las paradojas.

Siempre paradojas. Evitar crearlas, aunque se produzcan incesantes durante la saga. Un ejemplo mínimo-nimio, aunque llamativo: durante la segunda parte, Marty, para espiar a BIFF, adquiere una molona chupa de cuero y un sombrero estilo BLUES BROTHERS, ¿verdad? Vale. ¿Y si esa chaqueta la comprara otro sujeto? No tenerla, aunque se supone debería poseerla pues nunca Marty la adquirió, ¿no generará cierta cadena de acontecimientos que incrementan la distopía? Llegado el caso, ¡pudiera ser causa por la cual JFK jamás llegara a ser Presidente de los Estados Unidos!

Ahora, insignificancia de esa escala, con el hipotético colosal resultado sugerido… trasladémoslo un siglo atrás. ¡La paradoja puede ser tan monstruosa que hasta la misma integridad de Mary y Doc pudiera verse amenazada! Ya; ¿cómo entonces fabricarían el DeLorean y todo eso, si jamás nació Doc, pero está ahí? Un argumento que resuelven con lo de las líneas temporales paralelas… que no me convence.

El reloj que tanto protagonismo recibe en la primera
entrega se establece en este fotograma como alegoría
del Tiempo y a los dos que ha encadenado a sus
misterios y senderos. Todo está dispuesto para que
suceda como lo hace, lo quieras o no, DOC. Las
paradojas son comidilla para físicos teóricos y
relatos de ciencia ficción

Paradojas que empiezan a producirse un siglo antes. Línea Original del Tiempo, los polvorientos orígenes de Hill Valley: ¿hubo entonces un herrero llamado Brown? No. Sin embargo, ahí está nuestro extravagante inventor colocando herraduras que pondría algún otro, iniciando una cadena de paradojas similares a la que he propuesto con la chaqueta de cuero. Mas ¿preocupan a Doc las paradojas? No. Aburren ya al respetable y sus autores, que se concentran en desarrollar esta comedieta tonta en el Oeste.

La conclusión única/inevitable que debe extraer Doc es que el Tiempo es inalterable línea impresa desde el Big Bang, y que los acontecimientos que cuenta Regreso al Futuro para nuestro deleite forman parte del rígido esquema cósmico, y las paradojas son inocuas. Hipótesis sin auténtica sustancia para abrumar a los físicos sin necesidad, porque todo sucederá según lo dispuso Dios así (supongamos) un instante antes del Gran Principio.

viernes, 1 de marzo de 2024

LA NUEVA ATLÁNTIDA (II) — RELATOS MELLIZOS

 

Concluye el examen de este
libro con esta reseña; convenía
hacerlo así debido a la variedad
de los textos

La colocación de los relatos realizada por el editor de este tomo hace descubrir que sitúa seguidas dos historias de temática casi gemela. No sé si con ánimo de efectuar comparación, o por descuido. De todos modos, de ser la primera intención, triunfa la de GENE WOLFE por LA SOMBRA (no la que sabe qué anida en el corazón de los hombres), pues el relato de JAMES TIPTREE cuenta con estomagante redundancia; narración de cincuenta páginas supera el centenar por arrogancia de literato. Tiptree la espesa tanto repitiendo lo mismo distinto que causa hastío; peligra seguir hasta su interesante clímax.

Comparten estos textos teorizar sobre cómo afecta a una tripulación de colonos-exploradores un viaje espacial de décadas dentro de una gigantesca nave; cómo las condiciones y el encierro distorsionan psicologías e idiosincrasias. El relato de Wolfe se muestra más exuberante al incluir elementos “místicos” o “cabalísticos” en la trama. Además, no relata sobre la habitual expedición de bravos norteamericanos, sino de alemanes, o austríacos, que han ido dogmatizándose durante la larga travesía.

No sé; hay un momento en que piensas estar leyendo una historia marginal de soldados de El Alamein abandonados a su suerte en un oasis, y para no sentirse descorazonados del todo/completamente, constituyen logias y cultos abstractos que permitan mantener su moral y fe en algo, no por fuerza el III Reich.

GENE WOLFE, veterano y premio autor del género
que nos entrega una más compacta historia sobre el
"primer contacto" en un planeta al que se tarda
décadas en llegar y que pudiera ser el que una
superpoblada Tierra precisara para que la raza
humana sobreviva

Tiptree, aparte de la redundancia grandilocuente, hace un dibujo excesivo de los protagonistas. Si desde el principio se hubiese ceñido a contar cómo de dramático es el primer contacto con una civilización vegetal-nósfera de Próxima de Centauro (toda esa parte es magnífica), habría escrito un quasihito referencial de la ciencia ficción. Pero tiene la manía sanasimoviana de hacerlo todo quasipsicológico, que… aburre. Señalo que ambas historias sobre la superpoblación bordean el hard science fiction, esquivando sin embargo los densos elementos HITECH que le arrebatarían su atractivo como evasión.

¿Dónde peca Wolfe? En la conclusión. La ciencia ficción tiene un feísimo defecto: el de, por darse corpulencia competitiva con géneros literarios “respetables”, se hace “la interesante” dejando al albur del entendimiento del lector la conclusión. En La Sombra, un ente ¿sobrenatural? se “posesiona” de JOHAN, el protagonista, al ¿proceder? del planeta con trazas de habitabilidad humana que están orbitando.

JAMES TIPTREE, JR. No, no es
un travelo, sino la escritora ALICE
BRADLEY SHELDON. Adoptó alias
masculino, al parecer, por mor de su
labor en inteligencia militar... o quizás
consideró que, "como hombre", la
respetarían más. Descubierta su
género, empero siguió cosechando
premios y lectores.
Lo siniestro de su historia es que
acabó cometiendo asesinato-suicidio
por aparentes motivos humanitarios.
Eutanasia de calibre .45

Wolfe aclara cómo el ente llega a bordo; si los primeros exploradores lo trajeron al regresar, lo sedujeron los sueños de Johan, al que un puñado de tripulantes elige su mesías (!), o atravesó la órbita desde la superficie, merodeó por la nave y encontró psique “hermana”, adecuada a sus intereses. Más: ¿existe tal ente? Como el relato de Tiptree, supone qué pasaría de tropezar con inaudita vida alienígena y cómo podríamos superar el trance sin recibir demasiada lesión. O sucumbir a su “abrazo”.

La idea de abductores hombrecillos verdes está tan arraigada que cuesta contemplar la vida de otros planetas de maneras exóticas: coles que vampirizan mentes, seres-sombra que hacen algo parecido; necesitan de definición humana para cobrar forma, sugiriendo que lo que Johan ve no es en realidad un nativo de ese planeta, sino su recreación subjetiva, proyección de sus fobias y filias, no un individuo extraño.

No sabes qué decisión final toma Johan al cambiar de rumbo: ¿regresa a la Tierra, o decide seguir viajando hasta encontrar un planea más benigno para la colonización? El relato de Tiptree mejora eso: la averiada nave Centauro derivará hasta vete a saber dónde llena de muertos y un borracho delirante. Lo peor es que la trampa del ente vegetal está cerrada: millones de colonos de una Tierra superpoblada/barrenada por el hambre aterrizará en Alfa para ser… violados… por su hipnótica flora. 

Resume este volumen la consideración de que estos dos autores exploran el impacto en la Humanidad de un largo viaje interestelar. Y, luego, el resultado del presunto contacto con otras especies cósmicas, que pudiesen ser también de avanzados predadores.

Luminosos vegetales pensantes. Sombras vivientes. Criaturas que el vulgo no aceptaría puedan ser nuestros (peligrosos) vecinos del espacio por no parecer los aliens que ametrallar a gusto.

viernes, 23 de febrero de 2024

REGRESO AL FUTURO II — SIN PARAR: PARADOJAS

 

Afiche. Otro impecable trabajo
de DREW STRUZAN (¡aclamad
al ilustrador!)

Evitarlas es la gran obsesión dominante en esta trilogía ingeniada por los protegidos de $TEVEN $PIELBERG, alias ROBERT ZEMECKIS y BOB GALE, aunque tanto MARTY MCFLY como DOC BROWN las ejecutan sin cesar. Accidentalmente, esto es.

En la primera, anticipan elementos que veremos en sus continuaciones; sucede en el centro comercial, cuando Doc cita los resultados deportivos “del futuro” y blande un Colt contra los terroristas. El principal motor de esta secuela es la recuperación del maldito calendario deportivo que enriquece a BIFF TANNEN, consiguiendo cree una distopía que asesina a GEORGE McFly y le permite desposarse con LORRAINE, madre de Marty. Como sigul básico de la saga, luego está intentar re-devolver a 1985 a Marty, culminando el filme con el traslado de Doc al Oeste, complot para concluir la serie.

Entre los tantos detalles chuscos del filme está que el DeLorean puede volar y alimenta el condensador de fluzo con basura… mas Doc no puede mejorar el salpicadero del coche. El cableado, a la vista, como si en ese “futuro” que fue nuestro 2015 (y todos sabemos cómo fue 2015; de autos voladores, nanay) no hubiese ya piezas más compactas capaces de hacer esa función mucho más potente, práctica y discreta.

¡Bienvenido al futuro, MARTY MCFLY! El 
aspecto de lo plateado como sigul de que el
mañana-mañana será reluciente y perfecto. Dada
la vis de comedia de la cinta, un cachondeo a costa
del concepto "sanasimoviano" y peña asociada

Tampoco hay móviles, internet, ni la acechanza de las malvadas IA que tienen ahora al planeta prisionero de un absurdo COMPLEJO DE SKYNET. En vez de protestar tanto TANTO por las IA y su capacidad, más mejor haría la Humanidad por arremangarse y optimizarse a sí misma, explorar qué campos puede seguir reteniendo, o perfeccionar, para destacarse de las IA. Es más fácil autocompadecerse, empero.

Entrar a examinar las complejidades quánticas de Regreso al Futuro en lo concerniente a las paradojas que procuran evitar, aunque cometen, es avanzar por una tupida jungla de contradicciones que desarticulan todo el tinglado. Regreso al Futuro no puede ser valorada en rigor “científico”, porque entonces afloran fallos que la reducen al desastre.

El puñetero macguffin del almanaque deportivo,
infausta publicación que, al caer en malas manos,
tuerce todo el futuro/presente de Marty

Doc previene en la primera a Marty sobre las paradojas. Aunque nada más ‘aterriza’ en 1985, se carga un pino (adiós, Twin Pines Mall) y le dice al camarero negro que llegará a ser alcalde. Le estimula a serlo, porque, hasta ese momento, su porvenir era una vaguedad, difusos proyectos. ¿Pudo ser alcalde sin la sugerencia de Marty? Quizás no. Hasta pudo atropellarle un autobús cualquier día. Centrado en esa meta, supongamos puso más cuidado por dónde iba. Esquivó la Cierta.

En la segunda, el fallo más clamoroso apreciable es cuando Biff aborda el DeLorean y, en ayunas total de su funcionamiento, retrocede a 1955 para darle a su matonesca versión juvenil el puñetero calendario. ¿Cómo es posible? Sabe por una indiscreción del poder de la máquina, aunque no cómo se opera. Y allá va el tío: por dos veces efectúa un viaje.

Es obvio que la intención real de los creadores de la saga era alimentar su continuidad creando una distopía que por su incoherencia no escandalizase al espectador. Esto de las paradojas tiene mucha miga, porque nos previenen sus teóricos que no dar un paso en cierto momento, puede tener, de haber quedado ya establecida la línea espaciotemporal, dramáticas consecuencias que, exagerando incluso, descabalarían el Cosmos.

El colosal defecto de una secuela que se avinagra
paso a paso, para fermentar en la conclusión de
una simpática saga también emblemática
de Década 80

Pues Regreso al Futuro II reparte un buen puñado de ellas, indisimuladas además, con el único y ya citado objeto de proporcionar uranio al condensador de fluzo de la historia y tener la última secuela. Percatarse de su grosera pertinencia deslustra la película; en la primera, lo encubren mejor. En esta, sólo procuran proporcionar las catástrofes justas y resolverlas de manera elegante para depositar a Doc al Oeste y cumplir el expediente.

Un poquito más, y truncan no obstante toda la trilogía, al deteriorar su simpática factura.

viernes, 16 de febrero de 2024

LA NUEVA ATLÁNTIDA (I) — LA NUEVA ATLÁNTIDA

 

Cubierta del recopilatorio. En el
prólogo, ROBERT SILVERBERG
destaca la madurez de los autores,
imputándole una garantía de estilo,
manejo del lenguaje y la trama. Se
agradece el reconocimiento a la
experiencia y su sabiduría

Este volumen contiene tres relatos, novelas cortas casi. Pensé originalmente dedicar una sola reseña al libro, acaso algo más extensa de lo habitual, empero conforme avanzo su lectura encuentro más idóneo dedicarle dos críticas diferenciadas.

URSULA K. LE GUIN inicia el compendio con una interesante distopía norteamericana que menoscaba su extraño y ambiguo final. Redactada con elegante estilo, lo perjudica sin embargo la presencia de párrafos “oníricos” que la reputada autora dimite de explicar su motivo, u origen. Sirven estas cursivas para diferenciar distintos/átonos pasajes de la vida de la narradora, BELLE, paisana de alguna parte vecina a Seattle. Esa atonía de la narradora también daña al relato, porque expone cosas que exigen emoción, y no obstante se escriben con total serenidad, una resignada serenidad que suena narcotizada.

Las distopías como La nueva Atlántida empiezan a ser más relevantes conforme nuestra Zoociedad progresa. Son registros de alarma que van materializándose; en principio (lo digo por experiencia —SOGUETTO—) se limitan a ser especulaciones fantasiosas destinadas a complementar un determinado relato que palpita en tu cacumen, pero sin pretensiones de ser nefastos augurios a pocos años vista de cumplirse.

Mas acaban convirtiéndose en alaridos de banshee suicida que previenen de lo que se avecina con aciago acierto. Ya no sé si es por un discurrir natural de la Zoociedad, declive inevitable hacia el caos, Segunda Ley de la Termodinámica manifiesta, o porque una fuerza sobrenatural contacta contigo mediante asombrosa telepatía y te entrega la previsión a cumplirse en un futuro próximo, y quiere como sea prevengas para evitar se produzca tan negro por-venir. Es esfuerzo inútil: inevitable se cumpla la profecía, y acaso en algún extremo, queda hasta corta. La transmisión era débil ese día; las manchas solares la boicoteaban. A saber. Lo cierto es que no dio diana.

URSULA K. LE GUIN. Por supuesto
que el género no es ajeno a las mujeres.
Por fortuna, la señora Le Guin no nos asa
los gofres con una tontá máxima femirula;
va a lo suyo, y con mérito

Belle vive en una Norteamérica acechada por un Cálido Cambio Cli (interesante, dado que por esos entonces aducían nos encaminábamos a una nueva glaciación) y el país es una menesterosa dictadura donde las Corporaciones presiden mano a mano con el Gobierno. No se compromete apenas la señora Le Guin sobre cómo es ese Gobierno Federal, que tiene tendidas sus zarpas a todos los sectores, menos el energético, dominio exclusivo de las Corporaciones. Prohíben, so pena de prisión, desarrollar dispositivos que produzca energía barata. Son frecuentes los cortes de luz.

Todo lo empantana un extenuante ritual de formularios federales (aquí ¿sale la fobia que el estadounidense individualista siente por el Gobierno Federal, más que ser un recurso más del relato?) que tiene al FBI como brazo ejecutor de diversas cuestiones. En este caso: perseguir a científicos y matemáticos, como SIMON, marido de Belle (ahora el matrimonio está prohibido), que regresa a casa tras encarcelamiento en un Centro de Reeducación, gulag para suprimir listos. La inteligencia penaliza. Ya no el comunismo. En este sentido, La nueva Atlántida parece remozar la Caza de Brujas mccarthiana.

La cultura siempre es una amenaza para los regímenes totalitarios; en España lo vemos. Aunque en vez de suprimirla, para asegurarse su extrema fidelidad, y distorsionen la realidad hasta lo macabro, la sobredopa con subvenciones a actores izquierdosos, indignos lameculos profesionales, que luego niegan empleo a quienes no sean “de ellos”.

Hubo un tiempo en que
esta editorial "capitalizaba"
el género, el cual tiene una
fea costumbre: el dejar finales
tan "abiertos a interpretación"
que sólo producen confusión

La calidad de vida general en esa Norteamérica es tercermundista. Malos vehículos. Servicios decadentes. Leer estos pasajes, de esta u otra novela, hace preguntar cómo será el resto del mundo. Se sugiere que mejor; hasta China es más libre que EE.UU. ¿Qué les ocurre a los norteamericanos? ¿Anhelan ser dictadura para descubrir su fortaleza anímica para luchar por su libertad? Tanto lo sugiere esta historia, contemporánea de obras como LA LARGA MARCHA o EL FUGITIVO.

Es una pena que la aparición de otra Atlántida en el Pacífico quede sin el adecuado relato. La censura estatal de la información no justifica que Le Guin acabe de manera tan insípida/abrupta su sugerente distopía, que anticipaba sucesos de nuestra actualidad.

viernes, 9 de febrero de 2024

EL JUSTICIERO DE LA NOCHE — CUTREIMPACTO SÚBITO DE ARRABAL

 

Afiche. Sin duda pésima cutrería
que, empero, ¡oye, se las apaña
para que la veas en la TV si la
pasan a hora conveniente!

Alguien con mando vio IMPACTO SÚBITO, el último DIRTY HARRY estrenado, y se puso de rictus erectus pensando que su concepto iba de puta madre magistral para la tercera entrega del vigilante “forzoso” PAUL KELSEY. Podía CHARLES BRONSON rivalizar con un justiciero CLINT EASTWOOD. Tal intención la delata el Wildey de .475, émulo del más elegante AutoMag .44 Magnum de Eastwood. El Wildey exteriormente se le parece, empero su robustez lo sugiere trasto aparatoso necesitado de algún rotundo soporte para ser disparado y acertar.

MICHAEL WINNER (financiado por la inefable Cannon) cuanto más rueda un episodio bestia de THE A-TEAM, sin sus televisivas limitaciones censoras; desaprovechando esa ventaja, Winner puebla el filme de insuficiencias e inexpresivos actores otoñales para crear un “balsámico” o “terapéutico” relato de catarsis ciudadana harta de criminales, a quienes aquí ve reventados a tiros, cosa imposible suceda en la vida real.

El cine de vigilantes conoció su auge durante Década Ochenta merced al rechazo del populux de las leyes izquierdosas que preferían exculpar a los criminales apelando a su procedencia marginal, antes que amparar a los asaltados trabajadores o esposas, o hijas, que podían ser violadas con impunidad y recibir el agresor sentencia leve. Eso duele. La gente se satura de injusticias. Ciertos temas sensibilizan a la población más allá de

El auténtico motivo que justifica este rodaje es,
imitación aparte de
IMPACTO SÚBITO, hacer
tronar ese calibre. De paso, imputarle a CHARLES
BRONSON la ausencia de emociones convincentes
en su papel de vengador venido a la ciudad a limpiar
las calles de ese barrio

(la Cúpula del Trueno)

lo que creen los mequetrefes progresistas, quienes se consideran más listos que el resto; se permiten menospreciarnos, infravalorar nuestra inteligencia. Nuestros sentimientos.

RONALD REAGAN encarnaba asimismo una idea de firme lucha contra al crimen; avalaba así el que cualquier menda (JOHN EASTLAND, Paul Kelsey…), ofendido por la máxima afrenta (y las de Kelsey son supremas), limpiase las calles de lumpen, aunque centrase su actividad en su pura venganza personal. No como THE PUNISHER (o su fuente, THE EXECUTIONER), cuya guerra-contra-el-crimen es más/menos global.

El ocio actual tiene estandarizado al vigilante. Pero en los tiempos a los que aludo, Harry EL SUCIO era un escarnio sangrante que merecía la más estricta inquina liberal. La Zoociedad de liberales de limousina siempre amparan más al verdugo que a su víctima, por postureo, dejar bien en el papel couché y ante los pares de tu entorno. Rarísimo será que uno de estos liberales sufra una tragedia criminal estilo Kelsey; mas, cuando les toca, rápido exigen sangre. ¿Dónde quedan tus escrupulosas sensibilidades socio-morales?

Bronson contagia la ausencia de emociones 
convincentes a todo el elenco, que, o se pasan de
histriónicos, o se quedan cortos, como este sujeto
con la caja de cartón; violan a su señora, que luego
muere por complicaciones médicas... y se queda
tan frío. Nada de pedir la venganza que Bronson
ejecuta sin tapujos, pues también le fastidian un
ligue que se hace casualmente

Destaco de El justiciero de la noche su nula calidad dramática, aunque excite primarios instintos (la defensa, la protección, la justicia). Los (económicos) actores eluden mostrar cualquier emoción real, despliegan habituales clichés “de conveniencia”; a Kelsey lo manipula/apalea/protege un arquetipo de policía de los años del Muro Azul. La actitud de Kelsey es la de a verlas venir cuando aparece en ese barrio neoyorkino como un cowboy vengador (el relato posee sutil reminiscencia de western). No refleja actitud fría, metódica, acechante, decidida, del justiciero que suponen/esperan es. Tiende groseras trampas predecibles que, sin duda, pueden parecer efectivas a un espectador poco exigente. A cualquiera con más verbos, ofende su tosquedad. Por su puerilidad incluso.

¿Entretiene? Sus taras la deslucen. Su previsibilidad es otro elemento negativo, sumado a la escasa calidad actoral/artística general, así como su factura de saldo. La historia carece de auténtica pasión; decide ser una distracción de desalmados violadores punkies cosidos a tiros, sin querer apelar a la habitual, aunque socorrida, inclusión de mafiosos especuladores inmobiliarios que quieren realizar violentos desalojos; eso donaría materia dramática. Sin embargo, su bajísima factura tiene la virtud de hacer que películas como EL EXTERMINADOR o LOS ELEGIDOS sean colosales, en contraste.

viernes, 2 de febrero de 2024

CAMISA NEGRA DEVUELVE EL GOLPE - (BLACKSHIRT Nº 3) — BRITHIS PULP

 

Cubierta patria. Desde el 
Franquismo nos llega este pulp
oriundo de la Gran Bretaña. Un
tesorito para quienes sabemos
apreciar estas cosas

La Guerra Fría produjo célebres iconos de la ficción de espías. KIM PHILBY parece carecía del atractivo de BOND, JAMES BOND, o MODESTY BLAISE, e incluso, este personaje creado por BRUCE GRAEME. Pueden reflejar, fantaseando de lo lindo, algo que tenía más de prosaico y carente de glamour (aunque de violencia muy superior, empero —EL AMERICANO IMPASIBLE algo de esto puede decir—) que de vertiginosa andanza bondiana, es decir: los cacharritos, los Ashton Martin, los cócteles o las beldades-amazonas que podían cuan mantis religiosa seducir y liquidarte tras copular.

Mundos entrelazados con los bajos fondos, donde una figura teatral sobresalía, la del villano que tiene más de figura de TBO que de siniestro cabecilla de una célula de espías rusos, o jefe hampón. El bajo fondo suministraba matones más/menos peligrosos (con cierta tendencia asimismo al histrionismo) y servían para que el héroe, o heroína, demostrasen habilidad dando palizas o sabiendo chuleárseles. Rellenaban además páginas, preparando al lector para el enfrentamiento final en la fortaleza donde se agazapaba el caricaturesco supervillano.

Graheme conjuga en esta elaborada narración a tres de estos iconos ficticios. RICHARD VERRELL, alias el aventurero Camisa Negra, es Bond, James Bond, Modesty Blaise y LA SOMBRA, aunque de este último sólo toma una vaga apariencia de nocturnidad. Tiene hasta algo de ARSÈNE LUPIN, porque se aparenta bon vivant. Hay incluso cierta pizca de FU MANCHÚ la historia, centrada en un Londres que, a ratos, parece contemporánea del siniestro chino.

Un joven BRUCE GRAEME
incorpora su CAMISA NEGRA
a la pléyade de personajes que
oscilan entre el delito y el
espionaje de la Guerra Fría

Esto va de que el escritor (encima, cachondeo) de novelas policíacas Verrell escucha, por accidente, una conferencia entre un extorsionador y una damisela que suplica piedad en vano. Esto suena a CHARLES AUGUSTUS MILVERTON. Sigamos la pista. Como hace Verrell, ya transformado en Camisa Negra, audaz metomentodo que se siente obligado a resolver entuertos en la mejor tradición quijotesca. La dama le ha conmovido, y ¡procede! Graheme va desvelando (¡bien!; esta es la tercera novela —de diez—) antecedentes del héroe, quien cabalga entre el lumpen londinense y la conspiración comunista por derrocar Occidente, estropeando cuanto proispuede los planes de unos y otros.

Camisa Negra (vaya apelativo; al momento piensas en los fascistas italianos) tiene una Némesis: VAN HOFFMAN, deformado tras un previo enfrentamiento que sostuvieron ambos. Bajo la supuesta identidad de “FERGUSON”, extorsiona a señoras situadas en puestos claves, ora el comercio, ora el Gobierno. Las compromete con fotos un gigoló pobretón que tiene a sueldo. Verrell quiere finalizar esta insidia. Obtiene más aventuras de las deseadas. Conocemos que, a veces, colabora con una sección francesa de contraespionaje, la cual le dona el auxilio de GUY ROBBINS… que consigue caerte mal.

Camisa Negra en un puñado de relatos;
hay golpes de infantilismo en este
ejemplar; por ejemplo: Camisa Negra
irrumpe en la "base del malo" y éste,
en vez de exigirle se quite la capucha
que le enmascara, para ver qué clase
de elemento le amenaza... ¡le permite
continuar encapuchado! La prosaica
vida real actúa de otro modo

Lo curioso de Verrell/Camisa Negra es que se mete motu proprio a vengador anónimo (perseguido por la policía). Por lo común, aun DOC SAVAGE decide resolver kanalladas porque mataron a su padre, más allá de su intrínseco amor por los jaleos peligrosos. Hace falta una catástrofe personal de esa índole para motivar al héroe. Es extraño ese amor por el riesgo por carácter, en la literatura. Lo norteamericano suele ser el drama=acción.

Otro detalle peculiar es la calidad literaria del pulp británico (Bond, Modesty, Camisa Negra) frente al estadounidense en cabecera: Doc Savage, La Sombra, BILL BARNES. Es su lenguaje más sintético, cinematográfico; persigue el dinamismo visual, la viñeta, más que un estilismo erudito que demuestre la capacidad del autor y sus conocimientos en gramática (ROBERT E. HOWARD entraría en esta categoría). Es como si el autor inglés entendiera que un personaje pulp no tiene por qué ser fast food en prosa. Merece el respeto de un prolijo lenguaje culto, porque de ese modo también reconoce al lector inherente inteligencia, o buen gusto. Quedando ampliamente satisfecho con esta lectura, espero abordar pronto las restantes. Os lo recomiendo.

viernes, 26 de enero de 2024

JANE EYRE – REBECCA SHARP — COMPARATIVA

 

Adecuado afiche; no sabéis los líos
en que estoy, que me tiene amargado
y desesperado.. Una novela de 
trascendencia en el embrionario
movimiento sufragista del XIX

[No puedo hacer la cine-reseña correspondiente al libro comentado la semana pasada; sobre todo, porque apenas la recuerdo de qué insustancial me pareció, digna del texto.]

Aviso al caveat lector que elaboro esta digresión desde un aspecto cinematográfico que retrata a sus heroínas, ambas además institutrices: Jane Eyre y Rebecca Sharp (oriunda de LA FERIA DE LAS VANIDADES). Baso la primera referencia en la versión de FRANCO ZEFIRELLI; afirman es la más leal a un libro que tengo en pendientes de leer.

Un rasgo que caracteriza ambas cintas (procedentes de novelas contemporáneas) es su carácter feminista. Feminista en el buen sentido, antes de que el WOKE y el femirulismo desbocado lo destrozara acuñando aterradores preceptos misándricos y demás delirantes desvaríos de un puñado de vividoras que, con ese mal rollo, sólo quieren vivir del cuento.

Feminista en el concepto de obtener justo respeto, equiparación y reconocimiento. No de imposición por ovarios. Estas historias proceden de una época en que la mujer era un bibelot, o un bello artículo envuelto en crinolina, y cuya opinión no era necesaria conocer. Importante rasgo en la sociedad victoriana, en que podía gobernarles una Emperatriz, empero no una dama dirigir un banco.

REBECCA SHARP, una cínica
aventurera digna de ser heroína
de trama de CONAN. Comparte 
con JANE EYRE época

Puntualizado esto, pasemos al que encuentro rasgo fundamental que asocia/disocia a las dos damas citadas. La obra de la BRÖNTE refiere sobre una testaruda huérfana que, a palos, aprende a endurecerse más de lo que venía de fábrica. Posee un resuelto carácter, firme en sus posiciones, que no obstante se derrite apenas EDWARD ROCHESTER evidencia uno de sus hoscos visajes de juventud maltratada.

Conociendo un poco de su historia, Jane siente afinidad inmediata por haber compartido vivencias similares. Creo que eso, más que el amor, hace que la atraiga el malhumorado aristócrata campesino. Activa un resorte de camaradería que, a la par, dispara el del instinto maternal. Jane se siente impulsada a sanar anímicamente a Edward, que tanto TANTO lleva sufrido a manos de sus desalmados parientes. 

Mas una vez enlazan sus destinos, Jane pierde su rasgo montaraz; se vuelve agradable e insípida dama de alta sociedad sometida a Edward, por muchos miles de libras que ella haya heredado y puedan independizarla. Es la (femenina) parte de romántico cuento de hadas de este drama feminista decimonónico: dinero, amor, felicidad hasta el fin-fin.

Rebecca Sharp, huérfana de un pintor de escasa fortuna, acaba dando vertiginosos tumbos por la Europa Napoleónica. Inteligente, astuta, ardiente, fuerte, enfrenta las vicisitudes hasta topar con un aventurero marido militar a quien ajan los años. Rebecca despierta la lujuria de un noble londinense que pretende añadirla a su harén, lo cual al rechazarle aboca a Rebecca a su caída en desgracia. Pierde el favor del rijoso noble, a su amargado esposo anegado en deudas, cuanto había conquistado de alguna forma en la voluble sociedad metropolitana de su época.

Tras terrible infancia en uno de esos orfanatos a
lo CHARLES DICKENS, Jane Eyre se prepara
para una vida que la premiará con un feliz final de
cuento de hadas 

Lo que separa a Jane y Rebecca es la IDENTIDAD SEXUAL de sus autores. Mientras CHARLOTTE Brönte concluye las tribulaciones de Jane Eyre regalándola el fin de cuento de hadas, y priorizando los sentimientos sobre restantes consideraciones (hogar, dinero, posición), Thackeray imprime un carácter masculino a Rebecca Sharp. Tiene un pronto sentido de la importancia del dinero y la posición y, de un modo u otro, aboca sus pasos a direcciones que se lo proporcionen. Cierto que se aúna a familias más/menos pudientes por avatar, pero lo suyo es ser Reina de Diamantes, no de Corazones. Jane, al revés.

Una escritora es equivalente a un escritor; les diferenciaría su intrínseca calidad, cultura, estilo literario. Sucede que un hombre empleará sus recursos para contar relatos donde motivaciones como la fuerza, el estatus, el dominio o control, seguridad, primen sobre los femeninos: sentimientos, emociones, protección, delicadeza.

Aventureros unidos jamás serán vencidos. Mas
Rebecca se perfila para ser Reina de Diamantes
más que de Corazones

Esta divergencia hace un todo al unirse, pudiéndonos ofrecer rasgos totales de la naturaleza Humana. El paradigma que confirma esta teoría son las obras resaltadas.

viernes, 19 de enero de 2024

EL DIARIO DE BRIDGET JONES — TONTITA NOVELA DE INMERECIDA FAMA

 

Esta portada mismo. Bien se pudo
titular
LAS BOBADAS ANUALES
DE BRIDGET JONES. No es de
recibo dedicar cuatro páginas para
contar que Bridget no sabe programar
su vídeo. Desperdicio de tiempo

Más grave que imprimir las insulsas trivialidades quasidomésticas-desenfadadas que la Sr. HELEN FIELDING, su autora, consigna en su libro, y superara no sé qué criba editorial mereciendo publicarse, es que lo adaptaran al cine, generando incluso secuelas.

Mientras que el estilo desenvuelto THE NANNY DIARIES servía para contar diversas tragedias personales y laborales (o sea: tenía alma), un tono amable para colarnos un tremendo mensaje, la señora Fielding emplea el mismo onomatopéyico recurso empero para no referir nada, salvo chuminadas de una treintañera londinense obsesionada con su peso y la ausencia de relaciones afectivas permanentes, la (idealizada) búsqueda del amor verdadero y algo pasmoso en una declarada feminista cerril: querer tener dos rorros, casita-campo, coche, lavadora automática y marido al que atender y del que esperar regulares retribuciones sexuales, amén.

¿Dónde está ese ardiente ideario del feminismo (la ideología muerta, aniquilada por el despiadado femirulismo —o feminazismo—) que exige la igualdad, el soy autosuficiente, merezco puestos masculinos de autoridad, romper techos de cristal, etc., si lo que desea Bridget como nada es lo que toda casadera norteamericana de Década 50, una doméstica semiinvisibilidad supeditada a los flujos migratorios maritales?

El diario de Bridget Jones importa más por la sospecha de que es una velada crítica a los dogmas del feminismo fanático y sus consignas que el insustancial libro en sí. Lo salva, cara a su adaptación al cine, la existencia de más pésimos ejemplos. E imagino que entre la grey femenina (no feminista) posee amplio nicho/aceptación porque “es de sentimientos”, aunque me parecen baladíes. E ¿interesan tus banalidades, Bridget?

Con razón la señora HELEN
FIELDING está contenta con la
dimensión de un libro que empiezo
a sospechar satiriza los excesos del
feminismo(femirulismo

¿Tus inseguridades y anhelos de londinense treintañera BLABLABLÁ, obsesionada con su peso, el consumo de chocolate, el alcohol, las dietas que trampea y los consejos que recibe de amigas tan desnortadas como la misma Bridget, o su amigo marica? (Al parece: fundamental en este tipo de historias/personas disponer del apoyo de un lindo homoX que parece Maestro Jedi, que muestra confianza suprema en aspectos cruciales de la vida, y luego resultar ser más indeciso e inseguro que sus ofuscadas amigas.) El diario de Bridget Jones se reduce a encontrar un romance permanente, que llega, al fin, de mano de un señor de aspecto burocrático/aburrido/estirado al que le presentan y al que, altiva, primero desprecia. (Y vaya delirante final el del libro. Impropio aún de MR. BEAN.)

Por alusiones constantes, la señora Fielding parece se empeñó en rehacer, a lo siglo XX, ORGULLO Y PREJUICIO, lo cual resta originalidad a su propuesta. Supongo que, en un ‘arrebato de inspiración’, consideró que la inmortal obra de JANE AUSTEN merecía un estucado “actual” en lenguaje menos culterano, lleno de verbos de “hoy día” de la nueva realidad femenina, que aspira a ocupar la presidencia de la OCP. Y a eso se puso. Escribió.

Si alguna vez consideraron el libro desahogada bandera del feminismo, hoy día está del todo/completamente desfasado. Hasta lo vituperará el femirulismo, seguro. Porque el coqueteo que Bridget se trae con DANIEL, los emails de contenido subido, hoy se estiman acoso (o violación), acabando su jefe entre rejas. Despreciarían que Bridget se sumase al correo pseudoerótico entusiasmada. El culpable sería, es, el macho. 

Este es mucho mejor, y
atrevo a decir que en
todo sentido

Parece las mujeres, pese a todo, en el siglo XX tenían más segura madurez consciente de cómo encauzar sus relaciones, o concluirlas. Hoy día, el femirulismo las ha convertido en un delicado bibelot “a orientar” y cuya inteligencia supervisar. No se os puede dejar solas, alegan. Deben cortejar/dejarse cortejar cómo, cuándo y del modo que el femirulismo ordena. Una invasión flagrante de la intimidad e insulto a la libertad de las personas. Suprimen la voluntad del individuo. Imponen la obediencia ciega al culto femirulista. 

No acuso a este libro de tontería anómala (por su publicación) porque hay otros muchos hasta peores ¡ensalzados!, recuerdo. Aunque sí de que tener inflamada fama inmerecida. Ni merecía cine. Pero… ahí está.

domingo, 14 de enero de 2024

SITIO DE CIENCIA FICCIÓN, VIGÉSIMOSÉPTIMO ANIVERSARIO — COLABORACIÓN

 

Tengo la intensa sensación de
que, tras las terribles turbulencias
de la actualidad (que engendrarán
otras peores en breve), éste será el
Futuro que nos aguarda

Por esta época, secuela de las efemérides tales como Navidad, Inocentes y Nochevieja, hago cortos empero incisivos anuncios sobre actividades que me incumben o relacionan. Desde hace ¿trece años, catorce? participo en la amistosa maratón que Sitio de Ciencia Ficción propone a sus colaboradores sobre el ingenioso tema que debe sacar lo mejor de nosotros acerca de determinado tema.

Es importante/interesante ver cómo una misma propuesta puede arrancar de nuestro acerbo diversas especulaciones antípodas unas de otras, un mosaico de argumentaciones que tienen la virtud de complementarse, de modo que el ocioso lector puede obtener una inesperada (y fecunda) idea global sobre ese tema solicitado. Este año la propuesta era: el Juego en la Ciencia Ficción.

Como carca otoñal rijoso que soy, he resucitado las viejas (aunque válidas y poderosas) referencias que mejor conozco, apoyándome en ellas para fraguar mi texto. He eludido a posta referencias más actuales, infértiles-WOKE y juveniles, por cuestionar su calidad.

Mis baremos son LA CARRERA DE LA MUERTE DEL AÑO 2000 y ROLLERBALL. Ambas ofrecen grandes dosis de acción, complemento de inquietantes mensajes sociales, críticos, humor, más/menos negro, y una capacidad de hacer reflexionar al espectador (¿a eso estamos encaminándonos? ¿Voy a vivirlo pronto? ¿Por qué no? La mejor manera de predecir el futuro es inventándolo, y seguro que en alguna parte una febril mente prepara distracciones multitudinarias parecidas a fin de distraer —pan y circo romano— al populux de sus agobiantes ansiedades… un rato, al menos) que siendo ausente en estos Juegos del Hambre y anejos porque sé están en la onda del veleidoso transecoprogredoctrinamientoWOKE empleando un cierto (distópico) trasfondo para meterte a presión La Propaganda y La Ideología, no para que muevas las neuronas y pienses Pienses PIENSES en lo que, bajo forma de fantasiosa parábola, están contándote y puede atañerte. Y ojito con criticarlas. Vas listo, hereje.

Dejo disfrute el lector estas apreciaciones.

viernes, 12 de enero de 2024

ÉRASE UNA VEZ EN HOLLYWOOD — EL TARANTINO MÁS MITÓMANO

 

Afiche a lo BOB PEAK (creo
es suyo) para una película rica
en detalles mitómanos de la
querencia de su director

El antaño genial enfant terrible del cine, que entrara en Hollywood detonando con RESERVOIR DOGS, hoy día le racanean la reverente admiración del ayer. La opinión general, repleta de progrecarajotes y transnenazas “transcosmopolitas”, aliados de escandalosos/ruidosos Lobbys WOKETrans+ (cuya fanática agresividad está tensando la cuerda tanto que, al romperse, tendrá como consecuencia que el latigazo de retroceso les parta en dos), ha incluido a QUENTIN Tarantino entre los homófobos, tránsfobos, heteropatriarcales-machistas, etc., quedándose tan panchos una vez han cumplido los dictados de su “religión” excluyente. Distinción destinada a negarle seguir dirigiendo.

Pasan de valorar una cinta en su conjunto (trama, dirección, actores, SFX, época…) a centrarse en que no salen suficientes negros, suficientes bolleras, suficientes maricas, suficientes… a ver qué etnia… venga, asiáticos, y dentro de tan extensa variedad racial: chinos, nipones, coreanos, vietnamitas… siga usted contando. Cumplida la cuota según sus exigencias, nihil obstat. Pues, ciscándose en tanto imbécil, Tarantino rueda otro brillante trabajo, marco de todas sus filias y fobias, con un amor al detalle que debió escocer a sus melindrosos críticos “enemigos”, incluyendo sin complejos su fetichismo.

El personaje de PACINO le canta las cuarenta
al de DICAPRIO; curioso que éste último
desprecie del western-spaguetti con los ácidos
verbos que le dedica. ¡TARANTINO lo ama!

[Esto abre un interesante subapartado: los fetichismos (obviemos los repugnantes, los delictivos).No se contemplan como otra variedad de esa ‘amada’ diversidad sexual que el neoMcCarthysmo WOKE persigue se consigne como otra común consecuencia de las relaciones humanas. Debe haber personajes homoX-TransX-LesboX desplegando sin tapujos sus pasiones. Mas apenas sale el/la amante del látex, los tacones, el pie (como Tarantino), ¡ALARIDO!, denunciando lo obsceno. Lo pornográfico. La opresión sexual heteropatriarcal-atlantista.

¿Por qué? Estimando que el orden en la Naturaleza es el machihembrado… ¡todos los homoX y X-variedades son PERVERSIÓN! Ergo: CENSURABLES. Y, oigan, dentro de esas a-normativas sexualidades, prosperarán sus fetichismos, fijo. Empero, hereje es acusar a esos Lobbys de depravados porque se victimizan ipso facto, secundados por apalancados/subvencionados de Izquierdas (y tontolavas de Derechas) que, en realidad, solidarizándose, persiguen un rédito electoral espurio.]

Aunque tienen ambos grandes momentos, el
personaje de BRAD PITT consigue elevarse lo
suficiente como para hacer dudar cuál es el mejor.
Retrato de dos perdedores de Hollywood (el escrito
a lo JAMES ELLROY -¡aclamad al escritor!-) que
esperan aún encontrar la auténtica fama

Aflora la mitomanía de Tarantino en este filme desde el título: ONCE UPON IN HOLLYWOOD, tributo al western-spaguetti y SERGIO LEONE. Aprovecha un aciago acontecimiento de Hollywood, el asesinato de SHARON TATE, víctima de la patibularia FAMILIA MANSON (acaso, con una “enmienda histórica” que tanto BRAD PITT como LEONARDO DICAPRIO se encargan de protagonizar en sus briosas actuaciones —por poco, me convence más la de Pitt, aunque el terror pánico de DiCaprio viéndose al fin de su carrera actoral es estupendo—) para desplegar una rica copia de personajes, afiches, estrenos, series… el légamo CultuPop de su infancia, en resumen. Lo que construyó ese estatus de opulencia y títulos que el WOKE dilapida ahora entre absurdas progremodas.

[Genial la iconoclasta secuencia en que Pitt estrella contra el coche a “BRUCE LEE”. Parece romper el intocable mito del sacralizado karateka, aprovechado en KILL BILL, a quien un buen puñetazo norteamericano rebajó la soberbia.]

Echándole brío al asunto en una de sus apariciones
de Serie B; un pozo que amenaza engullirle, pese
a sus pretensiones de ser otro OLIVIER

Acusaron a la película de “falta de diversidad”; lo moderno: las tonterías sectarias por encima del resultado. Me pregunto si la calidad intelectual del espectador actual está a la altura de un resumen tan vasto que, seguro, JAMES ELLROY habrá aplaudido, porque, grosso modo, semeja una de sus novelas angelinas, con sus tramas policiales llenas de chantajes, actores, sus vicios y perversiones, compitiendo en la veleidosa Tinseltown.

Pienso: ¿Tarantino destinó esta cinta a los otoñales, los que crecimos viendo BONANZA y series de entonces, y sabemos a qué está haciendo referencia, deleitándonos con tales detalles, o buscó el aplauso general del espectador? (Lo obtuvo, dada la recaudación; aunque… ¿procedía el dinero de los otoñales?) Porque el maleado público joven actual está con los sesos llenos del WOKEtrinamiento y píxeles diseñados, qué ironía, por freakies absolutos que adoran ese sedimento CultuPop que aquí Tarantino desparrama.

Un hombre en su coche. No se lo toques.
Drogas, golferío sexual, psicópatas al
acecho en estrafalarios escenarios

Dudo ese voluble espectador comprenda la inmensidad de lo que visiona. Su orwelliana educación, lo más, le hará vituperar algo que no está WOKEcanonizado según su escuela.

Diría: ellos se lo pierden... si no fuese porque son la restrictiva tendencia del futuro…